El Gobierno de Ecuador comenzó el traslado de reclusos a una nueva megacárcel de máxima seguridad, como parte de las medidas urgentes adoptadas tras la reciente matanza registrada en uno de los centros penitenciarios del país.
El operativo, coordinado por las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional, busca desarticular las estructuras criminales que operan dentro de las prisiones y garantizar el control estatal sobre los establecimientos penitenciarios. Decenas de internos considerados de alta peligrosidad fueron trasladados bajo fuertes medidas de seguridad hacia el nuevo complejo carcelario, ubicado en una zona estratégica del país.
Las autoridades informaron que el penal cuenta con tecnología avanzada de vigilancia, sistemas de bloqueo de comunicaciones y un régimen de control más estricto para evitar el ingreso de armas y drogas. Además, se implementarán programas de rehabilitación supervisados por personal especializado.
El presidente ecuatoriano aseguró que la medida forma parte de una política integral de seguridad penitenciaria, destinada a frenar la violencia que ha dejado cientos de muertos en los últimos años. Organismos de derechos humanos, sin embargo, pidieron que el Estado garantice condiciones dignas para los internos y el respeto de los estándares internacionales en materia carcelaria.