Dos días de reflexión

Fueron 365 días que con un nadadito de perro se fueron yendo hasta llegar a estos momentos de análisis de todo lo que se hizo durante el 2022
Miguel Hernandez

POR: MIGUEL HERNÁNDEZ

Hemos llegado a la etapa final del 2022 y a estas alturas de la vida faltando escasos 2 días del calendario decembrino y le diríamos adiós a este año que nos deparó el renacimiento de muchos hogares, personas, negocios, emprendimientos y el resurgimiento casi de la salud total después de haber estado en brazos de la muerte, aquellas personas que lucharon y se defendieron de las garras de un terrible mal que de casualidad, como los reyes magos, llegó de Oriente.

Fueron 365 días que con un nadadito de perro se fueron yendo hasta llegar a estos momentos de análisis de todo lo que se hizo durante el 2022, otro día será de analizar de todo lo que dejamos de hacer que eso tal vez no tenga tanto análisis y ese sería por lo que se hizo, por lo que llegó, por las tareas que resultaron, por todo lo que algún día al empezar el año se planearon y resultaron y reventaron, por mis hijos, mis amigos, mi trabajo y por mí.

Ahora sí creo que quedamos debiendo de todo lo que nos propusimos, de todo lo planeado con nuestra música. Todo quedó en veremos y que tal vez seguirá quedando para el próximo año 2023, lo que resultó cuando empeñamos la palabra y gracias a Dios todo se hizo. Mi trabajo profesional afilando cada vez más la pluma para seguir haciendo lo que más me gusta, después de la música, como lo es la pintura y en especial la caricatura de todos los días.

Nos faltó gestión para llevar a cabo un proyecto musical que al final del año casi logramos cristalizar, pero la zancadilla nos la dio Corpocarnaval y ahí acabó todo. Hay tantas cosas que se me pasan y no están en mi memoria, pero lo que se hizo fue con mucho cariño y por amor al arte, seguiré haciendo lo que más me gusta en cualquier parte donde me permitan hacerlo, rasgar mi requinto y arrancarle las notas necesarias para una canción.

Muy agradecido por todos mis amigos y compañeros tanto de la música como en mi trabajo diario, que al fin y al cabo gracias a Dios es arte por donde se lo mire y analice. Fueron varios tropezones a los cuales tocó sacudirse, levantarse y seguir en las mismas, pero parece que llegó el periodo de hacer cambios, de analizar el campo de acción y mirar quienes son los que van a ir conmigo y quienes les daré un abrazo y dejarlos ir y abran sus alas musicales por su rumbo.

A los que nos tendieron la mano, a los que me dijeron contamos contigo, les digo gracias de todo corazón por esa gran ayuda y aliento para seguir adelante. A mis amigos gracias por su incondicional amistad, un hasta luego a personas que partieron de este mundo acariciando el llamado del señor Jesús y gozan de su presencia. A ellos les digo que rueguen por nosotros, por mí, por mi familia, mis amigos, los que quedamos en este valle de lágrimas y si nos volvemos a encontrar un ¡feliz año mis hermanos!

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