Con motivo de la campaña electoral para las presidenciales de mayo, vemos horrorizados como lanzan noticias en los medios, sobre todo en las redes sociales que atentan contra muchos principios afectando la dignidad, la honra y el respeto a los ciudadanos por el hecho de pensar diferente, o ser partidarios de un candidato u otro, como es el derecho más elemental en una democracia.
Al respecto recordamos un diálogo de Su Santidad Francisco de hace algún tiempo con un periodista argentino. Decía el papa que existen cuatro pecados en los que incurren los medios: primero la desinformación; doy la mitad de la noticia y la otra no la doy.
Segundo, la calumnia; “hay medios que calumnian sin ningún problema. Ah, lo vi en la TV, me lo contaron”. Tenemos el caso de Caracol la semana pasada, que el director de noticias rectificó expresamente por la televisión, hecho loable del canal.
Tercero la difamación; es u hecho que afecta la reputación a la cual todo ciudadano tiene derecho. Aquí se difama como si nada, atribuyendo hechos absolutamente falsos para menguar la aspiración de un candidato. Lo vemos todos los días que afectan a todos de parte de todos.
Cuarto la coprofilia, el amor a la cosa sucia, a la caca. Hay medios, decía el Papa que viven de publicar eso sean o no verdaderos, y continuaba: los medios sin esos cuatro pecados serian algo maravilloso.
No creo que hagan falta más comentarios a las palabras de Su Santidad. No hay día en que no haya una calumnia, una desinformación, una difamación contra alguno de los candidatos especialmente contra uno atribuyéndole cosas que no corresponden a la verdad. Hace cuatro años se habló de términos difamatorios contra el mismo: que castro chavismo, que expropiaciones, que Venezuela, fueron mentiras que varios medios acogieron. Ahora la gente reaccionó, ocurriendo un patético bumerang.
Por: Carlos Álvarez