Por Mauricio Fernando Muñoz Mazuera
En el Ingenioso Hidalgo, Don Quijote de la Mancha, escrita por el eximio Miguel de Cervantes Saavedra por primera vez aparece el refrán “Dime con quién andas y te diré quien eres”, haciendo alusión a las compañías que se frecuenta y lo que puede representar hacerse amigo de cierto tipo de personas.
Cercanos a las elecciones regionales del próximo 29 de octubre, las redes sociales de los aspirantes a ocupar cargos de elección popular se llenan de fotos con “ex” de todo de tipo, alcaldes, gobernadores, congresistas y hasta presidentes, buscando que los adeptos a estos terminen dando su voto de confianza por la opción que representan.
Pero ¿Qué podemos esperar de quiénes posan orgullosos con políticos de nefasta recordación por su ineptitud frente a los cargos públicos ostentados?
Creo que está imágenes y videos deben ser una fuente importante de información para los electores de cuál será el futuro de la administración que está persona podrá desarrollar, pues la mayor parte de este tipo de apoyos no llegan gratis a las campañas, viene antecedidos de acuerdos burocráticos, que como dicen en el argot popular «dejan vendido» el cargo al que se aspira.
Es que es evidente, si recibes apoyo de una persona nefasta, con cero empatía y una desaprobación evidente entre la comunidad por las falencias en su administración, es imposible que el aspirante a quien se asocia sea diferente, deben ser afines tanto en ideologías como en «principios» si es que así se puede llamar a la forma como buscan gobernar.
La mayor parte de candidatos tienen una línea ya preestablecida para buscar aliados, no lo harán entre los sectores en donde tienen contradictores, sino con quienes han estado compartiendo durante años, señal inequívoca que la política es un juego de alfiles y peones, el rostro lo ponen unos, pero la toma de decisiones pasan por otros, solo así se podrían entender las diferentes entrevistas y post realizados por “ex” de toda denominación alabando a cierto candidato y despotricando del otro, tengan la seguridad queridos lectores que si no fuera por la necesidad de perpetuarse en las elites que manejan los hilos del departamento o de los municipios, estos siniestros personajes no saldrían de sus oficinas cada cuatro años para buscar encantar con su palabrería.
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Por otro lado, si un ex alcalde o gobernador apoya a un candidato a similar dignidad, es una muestra irrefutable de una búsqueda de mantenerse en el poder a toda costa persiguiendo la posibilidad de conseguir proyectos y burocracia para así mantener un status en la carrera política con miras a que más adelante se pretenda aspirar a un puesto más alto en la pirámide de los cargos de elección popular de nuestro país.
Nada es gratis en esta vida, ellos lo llaman “acuerdos programáticos”, pero para quienes hemos visto esta marrullería elección tras elección sabemos que es más de lo mismo, la política es dinámica y en ese dinamismo no importa que toque hacer, pero nunca debe soltarse la gallinita de los huevos de oro llamada administración, bien sea municipal o departamental.