Día Mundial de los Faros: guardianes del mar que merecen ser recordados

Este miércoles 7 de agosto se conmemora el Día Mundial de los Faros, una jornada dedicada a valorar el papel de estas estructuras en la seguridad marítima. Más allá de su función técnica, los faros representan memoria, identidad y resistencia frente a las condiciones extremas del océano.

Ubicados en costas escarpadas, islotes o entradas de puertos, los faros han guiado embarcaciones durante siglos, especialmente en noches oscuras o tormentosas. Su sistema de iluminación, compuesto por focos giratorios, ha sido clave para evitar naufragios y orientar a navegantes en rutas complejas.

Un origen con historia

La efeméride tiene su raíz en Estados Unidos, donde el Congreso aprobó en 1789 la Ley para el Establecimiento y Apoyo de Faros, Balizas, Boyas y Muelles Públicos. Esta legislación marcó el inicio de un sistema formal de señalización marítima. Con el tiempo, otros países adoptaron la fecha como una forma de rendir homenaje a estas construcciones emblemáticas.

Patrimonio y símbolo cultural

Aunque muchos faros ya no operan como señales activas, siguen en pie como referentes arquitectónicos y puntos de interés cultural. Algunos se han convertido en museos, estaciones meteorológicas o espacios turísticos. En España, por ejemplo, existen más de 190 faros, varios de ellos con valor patrimonial.

La arquitectura de los faros es tan singular como su función. Desde torres en acantilados hasta estructuras en medio del mar, cada uno cuenta una historia de vigilancia, soledad y servicio. La figura del farero, hoy reemplazada por técnicos especializados, también forma parte de esta narrativa.

Un llamado a conservar

El Día Mundial de los Faros busca generar conciencia sobre su conservación. Estas torres no solo guían embarcaciones, también iluminan la historia de comunidades costeras. Protegerlos es preservar una parte esencial del vínculo entre el ser humano y el mar.