Cada 9 de septiembre, el mundo rinde homenaje a una de las actividades más antiguas y fundamentales para la humanidad: la agricultura. Esta fecha, establecida en honor a la fundación de la FAO en 1945, invita a reflexionar sobre los desafíos del sector y su impacto en el desarrollo sostenible.

Colombia: el campo florece con cifras alentadoras
En el contexto colombiano, el Día Mundial de la Agricultura llega con noticias positivas. Según el Ministerio de Agricultura, el trabajo conjunto entre el gobierno y los productores ha permitido un crecimiento del 7,1 % en lo que va del año. Este avance se atribuye a la implementación de la reforma agraria, que ha abierto caminos hacia la dignificación del territorio rural y la construcción de paz.
Además, el Departamento Nacional de Estadísticas (DANE) reportó un crecimiento del 8,1 % en actividades como agricultura, ganadería, pesca y silvicultura, comparado con el año anterior. Estos datos reflejan una recuperación sólida y sostenida del sector agropecuario.
Exportaciones que impulsan la economía
Entre enero y abril de 2025, las exportaciones del sector alcanzaron los 5.079 millones de dólares. Este incremento no solo fortalece la economía nacional, sino que posiciona a Colombia como un actor relevante en el comercio agrícola internacional.
El agricultor: resistencia y esperanza
A pesar de haber sido históricamente excluido y silenciado, el agricultor colombiano nunca abandonó su lucha. Desde la firma del acuerdo de paz en 2016, muchos han vuelto a sembrar con esperanza, apostando por un futuro sin miedo y con oportunidades reales.
Retos globales y compromiso ambiental
La celebración también busca visibilizar los desafíos que enfrenta la agricultura ante el cambio climático, la pérdida de biodiversidad y los nuevos patrones de consumo. Promover la innovación, el estudio y el respeto por el medio ambiente es clave para garantizar alimentos sanos y sostenibles para las próximas generaciones.
Este Día Mundial de la Agricultura nos recuerda que el campo no solo alimenta, también construye identidad, economía y paz. Y hoy, más que nunca, merece ser escuchado, protegido y celebrado.
