Cada 26 de septiembre, el mundo recuerda el peligro latente que representan las armas nucleares. Esta fecha, proclamada por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 2013, busca reforzar la conciencia pública sobre los riesgos que implica su existencia y promover acciones concretas hacia el desarme total.
Una amenaza que no se ha ido
Aunque han pasado 80 años desde los bombardeos de Hiroshima y Nagasaki, las consecuencias siguen presentes. Más allá de la destrucción inmediata, la radiación dejó una huella invisible que se transmite entre generaciones: cáncer, malformaciones y daños irreversibles en los ecosistemas. El ataque marcó el fin de la Segunda Guerra Mundial, pero también el inicio de una era de incertidumbre nuclear.
Hoy, el mundo cuenta con más de 14.500 armas nucleares activas o en reserva. Basta un error humano, un fallo técnico o una escalada militar mal calculada para desatar una tragedia global. La amenaza no ha desaparecido; simplemente se ha vuelto más silenciosa.
Avances y obstáculos en el camino del desarme
Desde su primera resolución en 1946, la ONU ha mantenido el tema del desarme nuclear como prioridad. En 2017, se adoptó el Tratado sobre la Prohibición de las Armas Nucleares (TPNW), que entró en vigor en 2021. Este instrumento prohíbe el desarrollo, posesión y uso de armas nucleares entre los Estados parte.
Sin embargo, el tratado enfrenta un obstáculo crítico: la falta de ratificación por parte de las potencias nucleares. Países como Estados Unidos, Rusia y China continúan invirtiendo en la modernización de sus arsenales, lo que pone en duda el compromiso real con el desarme.
¿Qué son las armas nucleares?
Las armas nucleares son dispositivos explosivos que liberan una enorme cantidad de energía mediante reacciones de fisión o fusión nuclear. Su origen se remonta a los avances científicos de la década de 1930, en plena carrera armamentista. El físico Leó Szilárd fue uno de los pioneros en descubrir el potencial destructivo de las reacciones en cadena, lo que lo llevó a patentar la bomba atómica en 1934.
Un llamado urgente
En medio de tensiones geopolíticas crecientes y doctrinas militares ambiguas, el riesgo nuclear se intensifica. Por eso, el Día Internacional para la Eliminación Total de las Armas Nucleares no es solo una conmemoración: es una llamada a la acción.
La comunidad internacional debe redoblar esfuerzos para lograr un mundo libre de armas nucleares. Porque mientras existan, la amenaza permanece. Y el futuro de la humanidad no puede depender de un botón.

