Este 29 de julio se conmemora el Día Internacional del Tigre, una fecha que busca generar conciencia sobre la situación crítica de uno de los felinos más emblemáticos del planeta. A pesar de los avances en conservación, el tigre (Panthera tigris) sigue enfrentando amenazas graves como la caza furtiva, el tráfico ilegal y la pérdida de hábitat.

Un depredador en peligro
El tigre es uno de los miembros más grandes de la familia Felidae, rivalizando en fuerza y tamaño con el león. Puede alcanzar hasta 300 kilos de peso y vivir unos 15 años. Sin embargo, su poder físico no lo ha protegido de la acción humana. En el último siglo, desapareció el 97 % de su población original y se extinguieron tres de sus nueve subespecies: Bali, Java y Caspio.
Actualmente, existen 5.574 tigres salvajes en el mundo, un aumento del 74 % desde 2010, cuando solo quedaban 3.200. Este crecimiento se ha logrado gracias a esfuerzos de conservación en países como India, Nepal, China, Rusia y Tailandia. Pero el riesgo sigue latente.
Más tigres en cautiverio que en libertad
Según WWF, hay más tigres viviendo en cautiverio que en estado salvaje. Se estima que unos 14.000 ejemplares están encerrados en zoológicos, granjas o fosas, muchos de ellos criados para alimentar el mercado negro de pieles, huesos y colmillos. Estados Unidos alberga más de 5.000 de estos animales, Asia unos 8.000 y Europa más de 900.
La caza furtiva cobra la vida de al menos 100 tigres cada año. Entre 2000 y 2018, se incautaron más de mil ejemplares troceados en el Sudeste Asiático, utilizados en medicina tradicional o como objetos decorativos.
Un llamado urgente
Organizaciones ambientalistas aprovechan esta jornada para reforzar campañas de conservación, exigir leyes más estrictas contra el tráfico de especies y promover la educación ambiental. La protección del tigre no solo preserva una especie icónica, sino que también garantiza el equilibrio de los ecosistemas donde habita.
