Cada 29 de mayo se celebra el Día del Monte Everest, una fecha que recuerda la primera ascensión confirmada a la cima de la montaña más alta del planeta. Este día no solo destaca la hazaña de los primeros escaladores, sino también la importancia cultural y ambiental de esta imponente formación natural.

Un ascenso histórico
El 29 de mayo de 1953, el alpinista neozelandés Edmund Hillary y el sherpa Tenzing Norgay lograron conquistar la cima del Monte Everest. Esta expedición británica, liderada por John Hunt, marcó un hito en la historia del montañismo y demostró que el «techo del mundo» podía ser alcanzado.
Desde entonces, la montaña ha fascinado a miles de alpinistas que buscan superar sus propios límites y enfrentarse a las condiciones extremas que ofrece el Himalaya.
Características del Monte Everest
Ubicado en la frontera entre Nepal y China, el Everest alcanza una altitud de 8,848.86 metros sobre el nivel del mar, según mediciones de 2020. En Nepal se conoce como Sagarmatha, mientras que en el Tíbet recibe el nombre de Chomolungma, reflejando su significado espiritual en estas culturas.
Su formación, iniciada hace aproximadamente 50 millones de años, se debe a la colisión de las placas tectónicas de India y Asia. Este proceso geológico continúa elevando la montaña hasta 2 mm por año.
Las condiciones en el Everest son extremas: las temperaturas pueden descender por debajo de los -40°C, mientras los vientos alcanzan velocidades de 200 km/h. A más de 8,000 metros, en la llamada «Zona de la Muerte», la falta de oxígeno supone un riesgo consi derable para quienes intentan alcanzar la cima.
El reto de escalar el Everest
Existen dos rutas principales para llegar a la cima: la vía sureste desde Nepal, la más utilizada, y la vía norte desde el Tíbet. Más de 6,200 personas han logrado alcanzar el punto más alto del planeta, pero más de 340 escaladores han perdido la vida, muchos de ellos en la peligrosa Zona de la Muerte.
El costo de una expedición al Everest puede variar entre 35,000 y 90,000 euros, incluyendo el permiso de ascenso, equipo especializado y el apoyo de guías locales.
Un símbolo de resistencia y conciencia ambiental
Más allá del reto físico, el Monte Everest es un símbolo de superación, espiritualidad y biodiversidad. Las comunidades locales, como los sherpas, han desarrollado una conexión especial con la montaña y trabajan en su preservación.
La celebración del Día del Monte Everest también busca generar conciencia sobre los efectos del cambio climático y la necesidad de proteger este ecosistema de la contaminación causada por el turismo masivo.
