La Policía Nacional de España arrestó en Madrid a un ciudadano colombiano identificado como “Mono Gerly”, fugitivo internacional y presunto miembro destacado del Ejército de Liberación Nacional (ELN). El hombre era requerido por las autoridades por delitos de blanqueo de capitales y financiación del terrorismo.
Según informó la Policía española en un comunicado, el detenido —cuyo nombre completo no fue revelado— integraba el Frente de Guerra Oriental del ELN, una de las estructuras más activas de la guerrilla en Colombia. Dentro de la organización habría ejercido como “tercer cabecilla” del Comando Central, con responsabilidades directas en operaciones de lavado de dinero, enriquecimiento ilícito y coordinación de actividades criminales destinadas a financiar acciones terroristas.
Las autoridades sostienen que “Mono Gerly” empleaba una red de empresas ficticias, casas de cambio y corresponsales bancarios para dar apariencia legal a recursos ilícitos, que luego se canalizaban hacia la compra de propiedades y otros bienes. También se le atribuye la supervisión de laboratorios de procesamiento de narcóticos y de personal encargado de apoyar operaciones armadas del ELN.
Localizado en Madrid tras meses de seguimiento
La investigación tomó un giro decisivo en octubre, cuando los agentes recibieron información de que el fugitivo se encontraba en Madrid junto a su pareja. Aunque no tenía domicilio fijo y cambiaba constantemente de ubicación, la Policía logró determinar que había abierto un pequeño comercio en el centro de la capital. Allí fue detenido a inicios de noviembre.
Miembro del ELN desde 2004, el detenido operaba principalmente en los departamentos colombianos de Arauca, Casanare y Boyacá antes de desplazarse a Europa. Su captura supone un golpe para las redes internacionales de apoyo económico de la guerrilla.
Contexto: diálogos de paz suspendidos
El ELN, considerada la guerrilla activa más antigua de América Latina, mantuvo negociaciones de paz con el Gobierno del presidente colombiano Gustavo Petro durante dos años. Sin embargo, los diálogos fueron suspendidos en enero tras nuevos ataques perpetrados por el grupo armado. Expertos coinciden en que su financiación proviene del narcotráfico, la minería ilegal, el hurto de petróleo y los secuestros con fines extorsivos.

