Destacan iniciativas de lideresa tumaqueña para construir paz

María del Pilar Hurtado, lideresa.

María del Pilar, una figura destacada en la comunidad de Tumaco, ha emprendido un valiente camino hacia la reconciliación y la paz en su región, empleando la resiliencia, la confianza y la solidaridad como sus herramientas principales. Su labor activa en diversas organizaciones la ha posicionado como un símbolo de esperanza y cambio en medio de un entorno marcado por la adversidad.

Nacida hace 42 años en Tumaco, María del Pilar creció en un ambiente de libertad, donde las puertas no necesitaban cerrarse y el alma no se ocultaba. Rememora con nostalgia una infancia en la que la felicidad se manifestaba en las calles y playas, descalzos y sin prisas, mientras se tejían sueños de un futuro tranquilo y próspero.

Dificultades

Sin embargo, los tiempos de paz fueron interrumpidos por la violencia que acechaba su tierra. En 2008, María del Pilar fue desplazada por grupos armados que buscaban controlar la región para actividades ilícitas. A pesar de las dificultades, no se rindió. Regresó a su barrio natal con las manos vacías, pero con un espíritu resiliente y una determinación inquebrantable.

Su experiencia como víctima de desplazamiento la impulsó a convertirse en defensora de los derechos de las víctimas en su comunidad. A través de su participación en organizaciones de mujeres, la tumauqeña, ha trabajado incansablemente para brindar apoyo y esperanza a quienes han sufrido situaciones similares.

Compromiso

Gracias a su compromiso y liderazgo, logró obtener ayuda y subsidios para las familias afectadas por el conflicto, además de impulsar la promulgación de la Ley de Víctimas en su comunidad para garantizar una atención integral a quienes han sido afectados por la violencia. Su voz resonó en la Mesa de Víctimas de Tumaco, donde sigue abogando por la justicia y la reparación de los afectados.

Con su incansable labor, demuestra que la reconciliación y la paz son posibles, incluso en medio de las circunstancias más difíciles. Su legado perdurará como un principio de esperanza en Tumaco, iluminando el camino hacia un futuro más próspero y equitativo para todos sus habitantes.

Está historia hace parte de la campaña Súmate A La Reconciliación, promovida por Restaurando Nuestro Futuro de Usaid, OIM y AcdI/Voca.

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