La comunidad católica de la Diócesis de Ipiales atraviesa días de profundo duelo tras el fallecimiento del padre Pablo Alfonso Obando, un sacerdote cuyo testimonio de vida dejó huella en cientos de feligreses y comunidades a lo largo de su trayectoria ministerial. Su partida representa una pérdida significativa para la vida espiritual de la región, pero su legado continúa vivo en la memoria colectiva de quienes lo conocieron.
Originario de Ipiales, el Padre Pablo consagró su vida a la misión evangelizadora desde el momento mismo de su ordenación sacerdotal. Su vocación estuvo marcada por la sencillez, la humildad y la cercanía con las comunidades más vulnerables, especialmente en la Diócesis de Tumaco, donde ejerció durante varios años un servicio pastoral comprometido con pueblos indígenas, en particular con el pueblo Cuayquer. Allí, su labor fue reconocida por su dedicación sin condiciones y su profunda capacidad de escucha.
Vocación
Más allá de sus funciones sacramentales, el Padre Pablo se distinguió por su radicalidad evangélica. Optó por una vida de pobreza voluntaria, rechazando comodidades materiales y renunciando al uso de dispositivos tecnológicos, como los teléfonos celulares, para vivir plenamente su llamado al servicio. Este estilo de vida austero fue un testimonio coherente de su fe, centrada en la presencia auténtica, la oración y el acompañamiento espiritual cercano.
Quienes compartieron su camino recuerdan su trato amable y la capacidad de inspirar confianza en cada palabra y gesto. Su ministerio pastoral estuvo profundamente orientado a la reconciliación, el acompañamiento en el dolor y la orientación espiritual, convirtiéndose en un consejero invaluable para numerosas familias.
Devoción
Uno de los pilares de su vida sacerdotal fue su amor por la Virgen de Las Lajas. Desde sus años de seminarista, mantuvo una devoción especial por este santuario mariano, al que acudía con frecuencia para orar y fortalecer su vocación. Su fe mariana se reflejaba en su prédica y en la manera en que invitaba a los fieles a vivir una espiritualidad sencilla, basada en la confianza plena en la intercesión de la Virgen.

