Ricardo Sarasty

DESMEMORIADOS POR MALA FE

 Sartre controvierte a Freud con respecto a la teoría del psicoanálisis en cuanto a lo referido a las nociones de conciencia e inconsciente. Para el filósofo francés el inconsciente no es más que mala fe porque el ser humano siempre sabe lo que es y lo que piensa, lo que desea y lo que siente. Que pretenda no saberlo, desconocer como es y lo que es, obedece al preferir ignorar a tener que enfrentar la realidad, pasada y presente. Se nace inocente pero esa condición se agota durante el transcurso del crecimiento por lo que la candidez no se recupera, lo que debe llevar a considerar en cualquier persona fingida la actitud bisoña, una vez superados los primeros años de vida. Stendhal afirma que uno es lo que puede ser, pero siempre sabe lo que es. No otra es la causa de la fe o mala fe, un creer o no creer en algo porque se quiere que así sea. Pues según Sartre fe y mala fe son las caras de una sola moneda, se confía o desconfía de algo de acuerdo a como le gustaría que fuera. En consecuencia, aquello de la existencia de un lugar en donde el ser humano archiva lo que la censura ha reprochado, no es posible, en tanto que la censura sabe lo que está prohibiendo y si no lo sabe ¿por qué lo desaprueba? De modo que no es inconsciente en tanto conoce.

Ya en lo referido al olvido, justificado como una manera de actuar del inconsciente, si este no existe porque todo lo obrado por el ser humano es de su pleno y total conocimiento, y no existe nada involuntario como se pretende mostrar o hacer creer. La falta de memoria, como los actos fallidos o equívocos no son sino actos de mala fe ya que existe la intención de esconder, desaparecer o cuando menos hacer pasar por desapercibido todo cuanto sabemos que nos molesta, nos desagrada, no nos conviene o simplemente consideramos en su momento inoportuna su presencia y de ello estamos conscientes siempre. De la misma manera y por iguales razones, como sucede con todo cuanto evocamos detalladamente, al ser conocedores de los beneficios que trae el recordarlos: las satisfacciones sentidas al hacerlo, lo útil que resulta en el momento porque sirven de insumos para con ellos alcanzar lo que deseamos. ¿Si esto no es mala fe, qué lo es?

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Que respondan esta pregunta los sesudos analistas y opinadores de los medios de información. Los periodistas directores de los radio y telenoticieros que día a día hablan de la actualidad como si esta no tuviera un trasfondo y todo cuanto acontece fuera de verdad nuevo, a la ves que los recuerdos solo les acuden para alagarlos y amarrar a el los privilegios, así como lo dan a entender aquellos que impiden que la casa en ruinas se acabe de derrumbar para construir una nueva, pero solo porque aún no se encuentran en ese acto provecho para si mismos y entonces salen a recomendar, cuando no a exigir, que se construya sobre lo ya existente. Estos desmemoriados de mala fe han ocultado incluso sucesos en nada añejos, como la crisis económica del año 2016. Ellos estos mismos analistas y periodistas que entonces si no gobernaron, estuvieron en las salas de redacción elaborando titulares que daban cuenta de lo que estaba sucediendo entonces con la economía, como este de la revista SEMANA de enero 17 del mismo año: “2016 QUÉ AÑO TAN DURO”. Estos amnésicos por conveniencia no cuentan y no quieren recordar aquel año, cuando se leía lo mismo que ahora: “Este año será el más difícil del gobierno” entonces era presidente el Dr. Juan Manuel Santos, pero ya nadie quiere acordarse de eso.