Cerca de 1.000 familias de las veredas El Castigo y Rosario situadas a lo largo del río Tapaje en el municipio de El Charco, se vieron gravemente afectadas por la reciente crecida de este afluente.
El agua aumentó su caudal hasta alcanzar más de 5 metros de altura, causando estragos en hogares, escuelas y arrasando cultivos y ganado. La situación ha desencadenado una emergencia humanitaria en la Subregión del Sanquianga.
Intensas lluvias
Ante la situación de emergencia causada por las intensas lluvias en San Andrés de Tumaco y los municipios de Barbacoas y El Charco, una comisión especial liderada por el secretario de Gobierno Benildo Estupiñán y el director de la Dirección Administrativa de Gestión del Riesgo de Desastres, Dagrd, Gabriel Ocaña.
Los funcionarios se desplazaron hasta las veredas, para conocer de primera mano la dimensión de las afectaciones y coordinar una ruta de atención integral desde los organismos de atención correspondientes.
Acompañamiento
«Hemos estado acompañando a las veredas afectadas, brindando nuestro apoyo a las comunidades en estos momentos de gran dificultad. Nos enfrentamos a una tarea titánica, pero estamos comprometidos a gestionar todas las ayudas posibles y obtener recursos para beneficiar a las personas damnificadas», resaltó el secretario de Planeación de El Charco, Juan Sebastián Rengifo.
En un esfuerzo conjunto entre la Administración de El Charco, la Dagrd y diversos organismos de socorro, se llevará a cabo un exhaustivo proceso de censo para evaluar los impactos de la situación en las 84 veredas situadas a lo largo de la ribera del río Tapaje, las cuales también resultaron gravemente afectadas por esta tragedia natural.
Caracterización
Este censo tiene como objetivo principal obtener un registro completo que facilite la caracterización de la población restante y, así, iniciar con la entrega de asistencia humanitaria que logre mitigar la crisis y devolver la tranquilidad a estas comunidades afectadas.
Se espera una respuesta contundente del Gobierno Nacional ante esta emergencia en la Costa Pacífica nariñense. Las familias necesitan urgentemente la solidaridad de todos para hacer frente a esta situación adversa y comenzar el proceso de reconstrucción de sus vidas y comunidades.