Emilio Jiménez Santiusti.

Deportivo Pasto, el equipo del pueblo

Independientemente de los resultados deportivos de nuestro amado Deportivo Pasto, debemos tener en cuenta y comprender que el Tricolor es más que un simple equipo de fútbol para nuestra región. Ni los Carnavales de Negros y Blancos, como nuestra mayor representación cultural, nos ha visibilizado o nos ha puesto en boca nacional o internacional, como sí lo ha hecho el querido volcánico.

No es el ánimo de estas líneas comparar o poner en el mismo nivel a representaciones culturales nariñenses con el equipo de fútbol, ese será un análisis para otra oportunidad, el contrastarlos es para ir entendiendo que el nombre de Deportivo Pasto está más allá de una empresa de fútbol, el cual no se lo puede manejar sin pensar en el impacto social regional inherente que lleva en su esencia.

Es por lo anterior, sin importar la razón social del equipo o sus resultados deportivos, que las decisiones tomadas en pro del equipo deben ser muy reflexionadas antes de sacarlas al público. El Pasto seguirá siendo del pueblo porque está en los corazones de toda una región; a mí no me cabe en la cabeza que a alguien se le ocurra llevarlo a la B o pretender cambiarle el nombre para ubicarlo en otra ciudad, eso no sería ni empresarial siquiera.

 

«Independientemente de los resultados deportivos de nuestro amado Deportivo Pasto, debemos tener en cuenta y comprender que el Tricolor es más que un simple equipo de fútbol para nuestra región».

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Es muy triste ver noticias nacionales hablando mal del equipo y generando incertidumbre en los nariñenses, como lo ocurrido la semana pasada con el cuentico del arriendo del estadio Libertad. Un tema tan sencillo de conducir con tan solo una reunión para acordar entre el presidente del Pasto y el gobernador de Nariño. Lo volvieron trascendental y puso en pánico a los hinchas.

Esa noticia no es culpa ni de los periodistas ni de las redes sociales, es, sencillamente, un mal manejo empresarial de información que debe ser direccionada por estrategas sociales, quienes adviertan e identifiquen con anticipación riesgos comunicativos que ponen en vilo el nombre de una institución, la cual, nada más y nada menos, representa nuestra idiosincrasia.

El Pastico tiene una gobernanza identitaria inherente que siempre debe estar sobre la mesa al momento de tomar decisiones.  

Por: Emilio Jiménez