Denuncian que la inseguridad en la capital de Nariño sigue desbordada

La ciudad de Pasto atraviesa por un preocupante aumento de los índices de inseguridad nocturna, especialmente en sectores comerciales como San Ignacio y Las Cuadras, donde los atracos a mano armada se han vuelto frecuentes y cada vez más violentos. Comerciantes y residentes de estas zonas denuncian una ola de robos que se intensifica al caer la noche, dejando a su paso miedo, pérdidas económicas y una creciente sensación de abandono por parte de las autoridades.

“Estamos viviendo una pesadilla. Aquí no pasa una sola noche sin que escuchemos gritos, motos huyendo o clientes que llegan corriendo a contarnos que los asaltaron a una cuadra”, relata Aldair Herrera, comerciante del sector de Las Cuadras. “Los ladrones saben en qué momento actuar. Aprovechan la oscuridad, la falta de vigilancia y el cierre de los locales para atacar a quienes van saliendo de trabajar o comprando algo de última hora”, agrega.

Agresiones

Los robos no solo se han multiplicado, sino que también se han tornado más agresivos y planificados, según denuncian los afectados. Muchos de los atracos ocurren en grupo, con hombres armados que se movilizan en motocicletas, interceptan a sus víctimas y las despojan de sus pertenencias en cuestión de segundos.

Álvaro Riascos, propietario de un pequeño negocio en San Ignacio, asegura que en la última semana hubo dos robos a mano armada en plena zona comercial, incluso mientras los establecimientos estaban abiertos. “Una banda fue capturada hace poco, pero hay más. Esto no se detiene, y lo peor es que actúan como si nada. Pareciera que no les temen a las autoridades”, expresa indignado.

Preocupación

El temor se ha apoderado no solo de los comerciantes, sino también de los clientes, muchos de los cuales han dejado de visitar estas zonas en horario nocturno. Esto ha golpeado directamente las ventas, que han disminuido notablemente. “Ya muchos prefieren cerrar más temprano, otros ni siquiera abren en la noche. Así no se puede trabajar”, comenta Riascos.

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Pese a los esfuerzos intermitentes de la Policía Metropolitana y algunas capturas recientes, los habitantes consideran que las acciones son insuficientes y poco sostenidas. No hay presencia policial constante ni patrullajes nocturnos regulares, lo que permite que los delincuentes actúen con impunidad.

Durante los últimos tres meses, Pasto ha registrado un incremento sostenido en las denuncias por hurtos nocturnos. Algunas de las víctimas han sido trabajadores, mujeres y estudiantes que regresaban a casa después de las 7:00 p.m. La mayoría coincide en que los robos ocurren en sectores mal iluminados, con escasa vigilancia y sin cámaras de seguridad. Frente a esta situación, comerciantes y líderes comunitarios han solicitado una reunión urgente con la Alcaldía y la Secretaría de Gobierno para exigir mayor presencia institucional, refuerzo en los operativos nocturnos, instalación de cámaras de videovigilancia y patrullajes frecuentes.