Las madres comunitarias del departamento de Nariño se han caracterizado por ser agentes educativos responsables del cuidado de los niños y las niñas de primera infancia del programa Hogares Comunitarios de Bienestar, las cuales buscan entre otras cosas, ayudar con la alimentación de los niños en situación vulnerable.
Ellas presentaron denuncias sobre las irregularidades que se vienen presentando desde meses atrás por parte del operador privado encargado de esta labor, que según dicen incumple los contratos debido a la entrega de insumos insuficientes, en descomposición y de mala calidad.
Las madres comunitarias de Tumaco aseguraron que es necesario mejorar y optimizar el servicio y planear medidas que permitan un óptimo servicio el cual beneficie a los niños de la región.
La presidenta del Sindicato de madres comunitarias, Sintrasiobi, Piedad Moreno, afirmó “esta situación se está presentando desde hace tiempo. No solo estamos hablando de alimentos sino de material didáctico. Esta situación se está presentando en Ipiales, Tumaco y otros municipios. Tras la visita del gerente nacional de madres comunitarias nacional, que es nuestro apoyo, vamos a hacerle el seguimiento como sindicato”.
Derechos
Por su parte, la abogada Ángela Mafla, líder de la fundación con Cariño por Nariño, ha venido desde hace varios años acompañando los procesos en defensa de los derechos de las madres comunitarias.
“Los derechos de las madres comunitarias, sobre todo de los niños, no deben ser vulnerados. Es indignante que esté pasando esta situación. Exigimos al Instituto Colombiano de Bienestar Familiar que realice seguimiento a los operadores con el fin de brindar un óptimo servicio a los niños que son el futuro de nuestra región”, manifestó.
“Además, con el equipo de abogados de mi fundación haremos el seguimiento y acompañamiento junto con el Ministerio de Trabajo al tema referente de la contratación de las madres comunitarias. Es inconcebible que el fallido modelo de operadores privados para la atención de la niñez en Colombia siga dando tantos problemas. Estamos hablando de recursos sagrados, de la alimentación de niños, y también de la afectación a madres comunitarias”, concluyó Mafla.

