A raíz de las elecciones busco en los siguientes análisis, llamar la atención en relación con temas de la democracia y de los derechos humanos, tan ligados a ella, que corrientemente no se tratan en el debate electoral.
Generalmente lo que se dice de él está referido a problemas de orden público, tan reiterados en Colombia; a la corrupción que implica tantas consecuencias nefastas para nuestra democracia y a la mecánica electoral, dejando de lado la pedagogía para elevar la formación y cultura política, tan necesaria a la democracia, que implica ante todo participación -muy limitada en razón a la escasa formación y cultura política de la gran mayoría de ciudadanos-.
La democracia, que después de muchos siglos es la forma de gobierno más avanzada que ha conquistado la humanidad y que, por ende, comprende tantos y variados aspectos de la vida en sociedad, está en peligro en el planeta entero y de sus falencias se generan retrasos humanos y, si desapareciera, no veo cual sería la forma de gobierno a reemplazarla, pues las otras representan un retroceso al cual no debiera someterse el ser humano.
Al contrario, hay que contribuir con los pueblos que aún en pleno siglo XXI viven bajo la opresión y el despotismo, e incluso en monarquías constitucionales para que se combatan y superen los privilegios de unos en detrimento de otros.
Por ello es indispensable que ojalá todos entendamos que la democracia es el gobierno de las mayorías con respeto por las minorías; que en ella es condición indispensable que haya separación de funciones. Es así como desde la declaración de los derechos del hombre y del ciudadano se dijo que una sociedad en la que no este establecida la garantía de los derechos, ni determinada la separación de los poderes, carece de constitución.
Por consiguiente, es de la esencia de la democracia el respeto por los derechos humanos y el trabajo por su efectividad. En consecuencia, la búsqueda de mayores y mejores condiciones de igualdad y equidad.
Cuestión central de la democracia es garantizar la autonomía a cada persona en el seno de la sociedad correspondiente y base fundamental de la autonomía es la libertad.
Sigue pendiente el desafío de re-enmarcar la democracia desde un ángulo que la observe como una manifestación compleja que debe y puede ser comprendida desde otras relaciones sociales, y no solo desde la política. Las relaciones democráticas en el seno de la familia y de la empresa, por ejemplo, son hoy retos inaplazables.
Y por ahora, recomiendo tener bien presente que la vida en democracia ha de ser experimentada de manera integral y no conforme al modo o rol en el que circunstancialmente la persona se encuentra.
Les invito a volvernos a encontrar la próxima semana para seguir comentando aspectos de la democracia, de los derechos humanos y de las elecciones, para que aprovechemos el evento democrático para elevar cada día más nuestra formación y capacitación política.
Salud y vida, paz, justicia, transparencia.

