El 12 de octubre de 2025, investigadores del Instituto de Investigación de Delfines en Florida publicaron en la revista Marine Mammal Science un estudio que revela cómo al menos 15 delfines nariz de botella varados en los últimos meses muestran placas amiloideas y ovillos tau en sus cerebros, idénticos a los del Alzheimer humano. Estas anomalías, detectadas mediante autopsias y escáneres post-mortem, se atribuyen a toxinas producidas por cianobacterias en floraciones algales masivas en el Golfo de México, exacerbadas por aguas más cálidas debido al calentamiento global.
«Es como si el océano estuviera envenenando sus mentes», explicó la bióloga marina Dr. Whitney Cowan, quien lideró el equipo. Los delfines afectados, principalmente adultos de entre 20 y 30 años, presentaban desorientación, pérdida de memoria en patrones de caza y comportamiento errático antes de encallar, similar a etapas tempranas de demencia en humanos. Este hallazgo, el primero en vincular directamente toxinas ambientales con Alzheimer en mamíferos marinos, podría predecir un aumento en casos humanos cerca de zonas costeras contaminadas.
Autoridades de la NOAA han emitido alertas para pescadores y turistas, recomendando evitar agua con espuma verdosa. En un twist irónico, las cianobacterias, que producen 50% del oxígeno global, ahora amenazan a quienes dependen del mar. El estudio insta a regulaciones más estrictas en fertilizantes agrícolas que alimentan estas blooms. Una voluntaria de rescate comentó: «Ver a estos inteligentes guardianes del océano perdiendo su brillo es un llamado de atención para todos».

