Ismael Botina popular maestro Buchón, se cansó de pedalear su vieja bicicleta Monark buscando por todos los lados, a dónde diantres fueron a botar la maravillosa escultura del “Cóndor de los Andes”, elaborado por el maestro Jorge Isaac Palacios (q.e.p.d), fundido en bronce.
Esta obra artística por mucho tiempo estuvo sobre un pedestal en el cruce de las banderas de Pasto- sector de Maridíaz- desapareció como por encanto el día de comenzaron los trabajos del intercambiador vial, construido en tiempo del gobernador Raúl Delgado y la alcaldía de Germán Guerrero López.
La obra elaborada por el maestro Palacios, es una de las más emblemáticas. Llena de detalles, comenzando que para su elaboración el autor visito varios zoológicos, donde fotografío cóndores y sacó detalles, tales como el número de las plumas. La inmensa imagen fundida en bronce y en ademán de vuelo en movimiento, con una mirada dominante, fue la atracción de los expertos en el arte de la escultura; estudiantes de distintas universidades llegaban a tomar apuntes y notas de la obra, sin embargo los albañiles y maestros de obra, sin ninguna consideración fueron echando maceta y cincel al pedestal, descolgaron la obra de arte y la tiraron no sabe dónde. Cortaron de tajo el soporte que mantenía en alto la escultura.
La última vez que maestro Buchón anduvo buscando, la encontró tirada en medio de escombros en el parqueadero de la Alcaldía de Anganoy. Hoy no se sabe dónde reposa.
Es una lástima que se haya tratado de esta forma una obra de arte que le costó a su autor, noches de insomnio, dedicación e inspiración.
Así es la vida. Obras de arte tiradas a la basura sin ton ni son.
Ojalá no ocurra lo mismo, con el busto de Simón Bolívar que lo desmontaron del pedestal en el parque que lleva su nombre. Por fortuna se libró mi General Antonio Nariño que durante el paro nacional lo bajaron. Este anduvo dando vueltas pero al fin lo entronizaron nuevamente.
Bueno sería que el concejal Nicolás Toro u otro concejal medio racional se dolieran de estas obras de arte y propongan ubicarlos en algún parque de la ciudad.
Y el cuento no termina allí, un cañón, recuerdo de la guerra con el Perú que estaba ubicado junto al CAI del Morasurco también desapareció.
Y unos hermosos alto- relieves en bronce, que estaban incrustados en el pedestal del general Antonio Nariño- cuadros que mostraban la travesía del ejercito libertador sobre el cañón del río Juanambú, también fueron robados y nadie sabe donde reposan.
Ahora, cuando parece que se calmó la fiebre de bajar estatuas, busquemos la forma de recuperarles su sitio, comenzando con la imagen del cóndor del maestro Palacios, que nada tiene que ver con política. Esta ave maravillosa está en peligro de extinción, para que por lo menos las nuevas generaciones tengan un recuerdo, así sea en forma de monumento artístico.
Por: Manuel Eraso Cabrera.

