Pablo Emilio Obando.

De la DNE a la SAE

Por: Pablo Emilio Obando.

Gustavo Petro Urrego denuncia la actuación de la procuradora General de la República al destituir al director de la SAE, antigua DNE, por entregar bienes incautados a la mafia a pobres campesinos carentes de los medios necesarios para subsistir. Tierras, propiedades y bienes que en gobiernos anteriores terminaban en manos de políticos corruptos e INESCRUPULOSOS, y que como lo escribiera la periodista María Jimena Duzan en una de sus crónicas que se debe recordar: LAS MAFIAS DE LA MAFIA, los diferentes clanes políticos y electorales terminaban apoderándose de valiosos bienes incautados para ponerlos a su servicio y al lucro de sus bajos intereses

Hambre y terror en un país colmado de bendiciones terrenales, con pisos térmicos, agua y sol y las condiciones propicias para convertirse en la despensa de gran parte de nuestro continente y el mundo, pero abatido por unos cuantos bandoleros de corbata con poder al extremo de arrastramos hacia lo más perverso de la indignidad humana.

«La tierra para el que la trabaja, la paz para todos y la riqueza y prosperidad para esos hombres y mujeres que envejecieron ahogando en sus gargantas el grito de justicia, clemencia y solidaridad».

La procuraduría calló ante la pluma valiente y enhiesta de María XIMENA Duzan y otros corajudos periodistas que hicieron eco de su denuncia. Únicamente un político nariñense fue condenado por la apropiación de bienes incautados al narcotráfico y clanes terroristas, que desaparecieron y pusieron a su servicio y de sus familias grandes extensiones de tierra que bien pudieron entregarse a cientos y miles de familias desplazadas por la violencia, los continuos azotes del invierno o despojadas por ese terrible mal que nos cubrió de luto y sangre. Que nos expliquen la razón de la pérdida de tantos bienes incautados a la mafia colombiana y que quedaron entre las manos de esa otra mafia más poderosa y avarienta que usurpó el poder captando las entidades y oficinas de Colombia.

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El llamado del presidente Gustavo Petro es sensato y civilizador, recuperar el verdadero destino y entregar futuro a los pueblos y comunidades. Velar por el bien común y fortalecer nuestra democracia. No podemos continuar siendo insensibles a nuestra propia hambre en un entorno de riqueza parcelada e infructuosa. Nos unimos al llamado del presidente de Colombia: La tierra para el que la trabaja, la paz para todos y la riqueza y prosperidad para esos hombres y mujeres que envejecieron ahogando en sus gargantas el grito de justicia, clemencia y solidaridad.