Por: Iván Felipe Sotelo.
San Juan de Pasto se ha convertido poco a poco en un foco de problemas, los cuales cada vez asemejan a las grandes ciudades del país cada vez se vuelven más visibles las aquellas dificultades de movilidad, de control de espacio público y también los de inseguridad.
Sin duda cada uno de los residentes de la ciudad ha caído víctima de alguno de estos problemas y es obvio ya dejamos de ser aquella pequeña ciudad que muchas veces se le decía el pueblo y ahora vienen retos importantes para cada administración que asuma este reto, ojalá las nuevas administraciones planeen de forma adecuada una visión real de las necesidades que existen en la ciudad y no simplemente como muchas veces ha sucedido unos paños tibios para solucionar momentáneamente el problema.
Es importante traer a la memoria la intersección Agualongo, antes llamada glorieta de las banderas (del cual aún nos seguimos preguntando dónde está ubicada esa gran águila que la adornaba) la cual sería una solución, pero ahora con sus semáforos ya no da abasto y los trancones se han vuelto incontrolables.
Recordemos también la carrera 27 con su carril para buses la cual sí ayuda a descongestionar hasta cierto punto, pero aún se queda corta con las nuevas necesidades, eso teniendo en cuenta que es prácticamente una de las carreras más nuevas que encontramos en la ciudad.
Será un gran reto para los nuevos mandatarios el colocar un nuevo orden y un proceso largo y muy importante para los cambios y el futuro de Pasto.
Independientemente de todos estos proyectos, avances y crecimientos también es clave tener en cuenta que falta mucho trabajo ciudadano. Como pastusos es importante ser conscientes que cada vez nos dejamos definir por nuestra propia conveniencia. Tal vez el refrán de pastuso come pastuso ha consumido cada espacio existente de nuestras vidas sin importar lo que pueda suceder a nuestro alrededor.
El trabajo de cultura ciudadana se está perdiendo y más que ese trabajo el amor real por la ciudad si de verdad apreciamos la ciudad ayudemos a cuidarla a mantener sus calles limpias y también cuidar las zonas verdes, incluso actos tan sencillos como no arrojar tu basura, en verdad ayuda, el cuidar de recoger los desperdicios de tu mascota son soluciones que nosotros podemos dar, si con estos pequeños actos empezamos a formar a las nuevas generaciones de una manera más amable con nuestra ciudad.
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Ojalá en verdad logremos entender que es nuestra y que como tal debemos cuidarla.
Espero que nos apropiemos de todo de cada espacio el problema no solo está en los mandatarios si no en el desapego de cada uno de nosotros porque no nos importa lo que sucede a nuestro alrededor y ojalá logremos ver todo esto como el colectivo en el cual habitamos.