Las autoridades del Área Metropolitana recuperaron a dos crías de mono víctimas de tráfico y maltrato. Uno fue drogado y el otro sufrió graves heridas por el uso prolongado de pañales.
Dos pequeños monos fueron rescatados en el Valle de Aburrá tras conocerse los casos de maltrato y tráfico ilegal a los que habían sido sometidos desde su nacimiento. Según reportó el Área Metropolitana, ambos animales se encuentran ahora bajo observación médica en el Centro de Atención y Valoración de Fauna Silvestre, donde reciben cuidados especializados debido a su delicado estado de salud.
El primer rescate correspondió a un mono cariblanco (Cebus albifrons) encontrado con heridas severas en la zona perianal. Las lesiones habrían sido provocadas por el uso prolongado de pañales, práctica a la que fue sometido durante varios meses. El animal permanecía en el interior de una vivienda y pasaba gran parte del tiempo encima de un perro doméstico, lo que agravó sus condiciones de estrés y vulnerabilidad.
El segundo caso involucró a un mono capuchino (Cebus capucinus) que fue entregado por la comunidad tras conocerse que las personas que lo tenían bajo su poder lo mantenían drogado. El pequeño primate llegó al centro de atención con signos de desnutrición, pelaje en mal estado y un alto nivel de ansiedad, síntomas que evidencian el profundo daño físico y psicológico causado por el cautiverio.
Ambos animales permanecen en la sala de neonatos del Área Metropolitana, donde especialistas intentan estabilizarlos y rehabilitarlos para una eventual reintegración a su entorno natural.
Las autoridades ambientales alertaron que estos casos reflejan el incremento del tráfico de fauna silvestre en el Valle de Aburrá, especialmente de especies como el tití cabeciblanco, endémico de Colombia y actualmente en peligro por la caza y la pérdida de su hábitat. En los últimos meses se ha registrado un aumento de ingresos de primates al Centro de Atención, la mayoría en condiciones críticas de salud.
Estos animales suelen llegar con signos de desnutrición, pelaje opaco y colmillos recortados o limados, una práctica cruel que les impide alimentarse adecuadamente y los deja expuestos a infecciones graves. Además, la caza de adultos para obtener crías ha intensificado la amenaza sobre las poblaciones silvestres, pues en muchos casos los traficantes asesinan a los padres para apoderarse de los pequeños.
El Área Metropolitana hizo un llamado a la ciudadanía para denunciar cualquier caso de tenencia ilegal o maltrato de fauna silvestre, recordando que mantener animales silvestres como mascotas constituye un delito y una grave violación a la vida y libertad de estas especies.

