Carlos Santa María.

Criterios para alcaldías y Gobernación (I).

La elección presidencial pasó y ahora corresponde al nuevo gobierno organizar su gabinete para desarrollar el programa propuesto. Sin embargo, ya se mueven rápidamente las fuerzas políticas para ver como se resuelve lo regional y local.

Siendo esta área del poder tan sensible es importante proceder dentro del concepto de Cambio con otros principios.

En primer lugar, reconocer que en Nariño es posible obtener la mayoría de alcaldías y gobernación si el Frente Amplio que congregó fuerzas políticas del más alto espectro como votantes libres, movimientos sociales, partidos, organizaciones, liberalismo, Fuerza Ciudadana, sectores del Pacífico e indígenas, Pacto Histórico, entre otros, elige candidatos únicos.

Segundo, que éstos provengan de las entrañas populares, es decir, las bases que apoyaron el gobierno electo sean las que busquen a través de asambleas populares a los aspirantes para darles el máximo respaldo y no violar los principios de la participación ciudadana.

 

«Las bases que apoyaron el gobierno electo sean las que busquen a través de asambleas populares a los aspirantes para darles el máximo respaldo y no violar los principios de la participación ciudadana».

 

Tercero, que los clientelistas, o sea, aquellos que hacen de las instituciones públicas bolsas de empleo condicionado, uso malicioso de la autoridad y herramienta para obtener dineros producto de la corrupción a costa del estado, sean identificados por los medios de información para que no aspiren nuevamente a esas curules administrativas.

Cuarto, en caso de presentarse dos o tres candidatos a las alcaldías con opciones reales, por ejemplo, se establezca el compromiso de elegir sólo uno de ellos y que los restantes hagan la campaña y pertenezcan al equipo del indicado.

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Quinto, sin interés alguno en cargo público, me abriga la esperanza que parlamentarios y políticos tradicionales nariñenses respetarán de modo coherente el programa de cambio integral, haciendo de la democracia real la fuente de la selección de candidatos. Lo contrario, sería traicionar la votación masiva y provocar una crisis política regional.

Lo anterior exige una modificación de la cultura clientelista por transparencia, deseo profundo de servir a su ciudad o departamento, conciencia política, desterrando el odio, el chisme y la especulación, para hacer campañas dignas.

¡Que este sea un primer borrador reflexivo para Nariño!

Por: Carlos Santa María.