Carlos Santa María

Crisis sociopolítica y emergencias

Por: Carlos Santa María

Comprender los principios básicos de los gobiernos es fundamental para saber si las propuestas que salgan desde la ciudadanía serán atendidas, discutidas o quedarán relegadas. Existe una lógica para ello y la constante creencia en que sólo una persona decide todo es una malformación enseñada a través del tiempo.

A nivel internacional el caso de Georgia, un país euroasiático ubicado en las costas del Mar Negro en el límite entre Europa Occidental y Asia Occidental (por tanto, de estratégica ubicación), muestra como cualquier nación que insista en su proceso de autonomía de inmediato recibe la presión de potencias u organizaciones que creen que todo territorio les pertenece.  

Así, el gobierno ha decidido que las empresas u organizaciones con más de un 20% de apoyo son consideradas agentes extranjeros ya que actúan con interés muchas veces contrarios a sus pueblos. Pese al apoyo del 75% del Parlamento, sectores rebeldes han iniciado una protesta avalada por al OTAN, la Unión Europea y EE.UU., lo que puede llevar a un golpe de estado que es la tradicional táctica de dichas presiones.

Ello nos indica que realizar políticas públicas para determinada gobernanza pueden entrar en contradicción con agencias financieras como el Fondo Monetario Internacional o institutos de opinión sesgada que muestren una crisis interna descomunal con el objetivo de manipular decisiones nacionales.

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Lo anterior permite darse cuenta que un Departamento que posea determinado poder de unidad y presión puede lograr emprendimientos en la medida que su compromiso con el pueblo sea verdadero y no  verbalización superflua.

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Actualmente la clase política que representa a Nariño ha presentado más de 70 iniciativas que apoyen el desarrollo para superar las inmensas dificultades que existen. Sólo dependerá avanzar y resolver esta crítica situación de los esfuerzos conjuntos donde el criterio sea la generosidad para una población que sufre los embates de un aislamiento histórico.

Cabe entonces socializar dichas iniciativas y  a través del concurso de la ciudadanía demostrar una fuerza solidaria que de a miles de familias la esperanza del cambio.