Por: Alina Constanza Silva
En la primera semana de enero de 2025, los ciudadanos de Nariño que acudieron a la Gobernación para cumplir con sus obligaciones tributarias se encontraron con una situación inaceptable: no había personal disponible para recibir los pagos de impuestos. Esta ausencia de funcionarios, al parecer, se debe a que aún no se ha contratado al personal necesario, y no se dispuso de un equipo de contingencia para una labor tan esencial como el recaudo de impuestos.
Este hecho refleja una preocupante falta de planificación por parte de la Gobernación de Nariño. La recolección de impuestos es una función crítica que garantiza el funcionamiento adecuado de los servicios públicos y el desarrollo de la región. La ausencia de personal para gestionar estos pagos no solo obstaculiza el cumplimiento de las obligaciones por parte de los contribuyentes, sino que también pone en riesgo la financiación de proyectos esenciales para la comunidad.
Es fundamental que las autoridades departamentales reconozcan la importancia de una transición administrativa eficiente, especialmente en áreas sensibles como la recaudación tributaria. La falta de previsión y la improvisación en estos procesos generan desconfianza entre los ciudadanos y afectan negativamente la imagen de la administración pública.
La Gobernación de Nariño debe tomar medidas inmediatas para resolver esta situación, asegurando la contratación oportuna del personal necesario y estableciendo planes de contingencia que garanticen la continuidad en la prestación de servicios esenciales. Solo a través de una gestión responsable y proactiva se podrá restablecer la confianza de la ciudadanía en sus instituciones y asegurar el desarrollo sostenible de la región.