Universidades del país han incrementado el uso de herramientas de inteligencia artificial para apoyar procesos de enseñanza, investigación y evaluación académica. Estas tecnologías se están utilizando para tutorías personalizadas, análisis de datos científicos y acompañamiento en proyectos de grado.
Las instituciones destacan que la IA permite mejorar la calidad educativa y reducir brechas de aprendizaje, especialmente en áreas técnicas y científicas. Sin embargo, también se ha abierto un debate sobre la ética, la evaluación justa y el riesgo de dependencia excesiva de estas herramientas.
El sector educativo avanza en la creación de lineamientos internos para regular su uso, promoviendo un equilibrio entre innovación tecnológica y formación crítica de los estudiantes.

