Por: Tatiana Solarte
La lectura es una gran herramienta y un imprescindible recurso para educar a los niños. Leer no solo permite al niño conocer distintas historias y mundos, sino que educa, aumenta la creatividad e imaginación, y despierta sentimientos, sensaciones y reacciones en ellos.
Leer también favorece el conocimiento de las emociones y desarrolla distintas formas de expresarse, involucra el dominio de una gran cantidad de habilidades y destrezas perceptivas e intelectuales por parte del niño. Dado que el proceso de lectura se da de manera gradual, la pregunta típica de los padres es cuál es el momento perfecto u oportuno para introducir al niño en la lectura.
Expertos aconsejan que se inicie cuando el niño haya alcanzado algo de madurez lectora por motivación. No depender tanto de la edad, pero si de la experiencia del niño y del medio donde vive. Dentro de los aspectos a considerar, para determinar el momento más idóneo, están: La percepción visual del niño frente a las palabras escritas, la organización espacio-temporal, el desarrollo del lenguaje, con un vocabulario básico como mínimo, la motivación, creando un ambiente propicio para despertar el interés del niño por la lectura, la influencia del medio, no se puede animar o motivar a un niño a leer sin ofrecerle el ejemplo, y la promoción de actividades o juegos que estimulen la lectura infantil.
La lectura es un aprendizaje y como tal, debe ser estimulada en los niños desde muy pequeños. Las bibliotecas cada día abren más puertas y lugares orientados para fomentar la lectura en los más pequeños. Se puede encontrar libros clasificados según la edad y el interés de cada niño. Existe una oferta enorme de libros infantiles en el mercado.
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Para que la experiencia de la lectura sea más estimulante y entretenida desde los primeros meses de vida, es necesario tener en cuenta algunos aspectos con los bebés:
El tiempo de atención de un bebé es corto, por más divertido que sea el cuento, solo se centrará en lo que llama mas su atención, inicialmente imágenes de tamaños grandes. La lectura para los bebés debe ser un juego, debe ser divertido, se puede acompañar con muñecos, títeres, etc. La voz que se usa para contar cuentos a los bebés debe variar, teatralizar el cuento les llama mucho más la atención. Usar la expresividad para contarles cuentos, los gestos son palabras que no salen de la boca pero que comunican mucho más al bebé y mediante los cuales entenderán más. Las ilustraciones son muy importantes al leer un libro a un bebé, señalarle cada personaje, describirle su color, su forma, si está triste o alegre. Elegir cuentos llamativos en colores y texturas, preferiblemente colores fuertes y formas grandes, así como texturas mezcladas en las ilustraciones es muy llamativo para ellos. Inventar cuentos, inspirarse en lo cotidiano: gallinas que hacen ´cocorocó`, vacas que hacen ´muuuuu`, perros que hacen ´guau`… A los bebés les encanta imitar estos sonidos. Y en cuanto al momento y el ambiente donde leer un cuento con el bebé, el silencio es mucho más productivo, elegir un ambiente tranquilo, lejos de ruidos y de cualquier distracción, va a ser muy beneficioso.
Recuerden que … ¡Aprender a leer es encender un fuego, y cada palabra, es una chispa de magia que alimenta la imaginación!

