Por: Carlos Santa María
El poder que adquieren los dueños de los Medios de Comunicación es inmenso en la medida que no tienen un contradictor, es decir, que es inexistente una opción que pueda mostrar otra versión de lo real o enunciado.
Esta fuerza que se logra en algunas naciones sometidas a este imperio de la información es tal que pueden a través de su presión constante cambiar la percepción de la verdad y la repetición es su táctica más empleada, recordando a Joseph Goebbels como jefe de propaganda de Hitler cuya máxima era que repetir una mentira 100 veces se convertía en verdadera.
También utilizaba las técnicas de desvío para confundir a la gente en la cual se empleaba lo que hoy se llama “cortinas de humo”. Es decir, cuando se sabía algo importante que afectaba a Hitler, como una masacre de comunistas o el incendio provocado en una sede de partidarios opuestos, de inmediato culpaban a éstos de lo sucedido iniciando la persecución a través de la difusión de noticias falsas.
«Colombia, una nación que comienza sus transformaciones sociales en favor de las clases menos privilegiadas, está sometida a estos procesos debido a las denuncias de casi un siglo de ignominia con su pueblo, impidiendo que las riquezas sean distribuidas correctamente».
Por tanto, este mecanismo fue ampliamente aceptado por las élites y empleado para denostar a sus contrarios, aún más cuando le disputaban la gobernanza en un país o región.
En el mundo y América Latina los “golpes de estado tibios” ya han sido dados como se explicó en la columna anterior. Ahora ante crueles asesinatos de gobiernos autoritarios que impulsaron procesos de violencia, lo conveniente para dicho sector es iniciar las técnicas de ocultamiento de lo grave sucedido por medio de la desviación, que es esconder mostrando cualquier situación pequeña como escándalo máximo para desaparecer genocidios por ejemplo o simplemente no enjuiciar culpables.
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Colombia, una nación que comienza sus transformaciones sociales en favor de las clases menos privilegiadas, está sometida a estos procesos debido a las denuncias de casi un siglo de ignominia con su pueblo, impidiendo que las riquezas sean distribuidas correctamente, que es lo justo para un país con tanta fortuna perdida o expoliada.
¡Hay que saberlo, estar alerta y prevenir inteligentemente!