Corromper (abudinear) a Afganistán

Carlos Santa María.

La página de Actualidad Rusia Today manifiesta internacionalmente que: “El uso de este verbo, relacionado con la acción de robar, se ha impuesto entre los internautas en medio de un presunto escándalo de corrupción en el Ministerio de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones.”

Agrega del alto impacto tanto que la Real Academia Española (RAE) precisó su significado a través de su cuenta de Twitter, lo que generó el rechazo de Karen Abudinen, ministra de cuyo apellido surgió el derivado verbal de estafar, quien es investigada por la Procuraduría de su país por un caso de corrupción en su cartera al adelantar 17,5 millones de dólares a una compañía, depositados en el exterior, sin que se ejecutara trabajo alguno con escuelas, ni tuviera los requisitos para ello.

Corromper fue la historia de Afganistán, saqueada por el régimen estadounidense desde la década de los 60, apoyado por un sátrapa que fue derrotado en 1979 por un líder socialista que implemento la soberanía nacional, el derecho de la mujer a trabajar y estudiar, y los beneficios económicos de un presupuesto participativo.

La CIA tuvo el nefasto papel de destruir esas conquistas a través de mercenarios sicarios que debían derruir la nación y derrocar el gobierno social de derechos reales para la población, ya que las transnacionales euroestadounidenses perdieron el negocio del petróleo, armas, minerales y otros productos.

Ahora se comienza a conocer recién la real historia de destrucción causada por las empresas occidentales que en su angustia egoísta combatieron a los talibanes, traicionándolos, mientras continuaban hasta este 2021 sacando réditos del tráfico de drogas, la inmensa venta de armamento y endeudamiento a través de la Banca internacional. El resultado es un país destruido, con un presidente Biden tan senil que declara “éxito total” en la huida de sus efectivos militares y el caos causado.

La pregunta es dura: ¿hay que temer más a los talibanes como lo dicen los Medios falsos o a las manos oscuras del régimen estadounidense que no acepta haber perdido?

Por: Carlos Santa María

 

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