Por: Tatiana Solarte
Moverse es esencial para los niños. Caminar, saltar, tocar, agarrar cosas, y explorar todo a su alrededor … Es la manera en que logran desarrollar la memoria sensorial y espacial, así podrán mas adelante, ubicarse en su entorno, saber en qué dirección van y trabajar en su propio equilibrio cada vez que tropiezan y se levantan. Todo esto a su vez, está relacionado con la coordinación motora de los niños.
A nivel conceptual se puede decir que la coordinación motora es la capacidad de las personas para realizar correcta y eficientemente movimientos corporales, gracias a una adecuada comunicación entre el cerebro y las extremidades. En estos movimientos se incluyen también el equilibrio, la sincronización, la orientación y la fuerza aplicada.
La coordinación motora se desarrolla de forma gradual durante los primeros años de vida hasta la adolescencia. Por lo tanto, podemos dividirlo en etapas esperables, las cuales aparecen por ser capacidades innatas pero también es necesario estimularlas para pulirlas o enseñar habilidades un poco mas complejas.
Pero, ¿por qué es tan importante la coordinación motriz? Imaginemos un escenario en donde sea muy difícil cepillar los dientes, no comprender como amarrar los cordones de los zapatos o simplemente no poder evitar tropezar con cada paso. Seria muy frustrante, ¿verdad? Pues este es el escenario que se tendría que vivir si no se estimulara este tipo de coordinación.
La coordinación motriz se divide en dos tipos: Fina, la cual se concentra en las habilidades manuales (agarre, escritura, delicadeza, pinza, corte, amarre, dibujo, etc.); y gruesa, la cual se encarga del equilibrio y las habilidades locomotoras (correr, saltar, orientarse, levantarse, agilidad, etc.).
Desde muy pequeños, los niños tienen la capacidad de moverse y buscar el equilibrio con el cuerpo, reconocer el entorno y agarrar las cosas. Pero el control de la fuerza, la orientación, sincronización y la agilidad, es lo que se necesita estimular para completar la coordinación motriz con efectividad.
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Habrá muchos padres preguntándose como pueden ayudar a sus hijos a estimular la coordinación motora. Como bien lo habrán pensado, las actividades para un bebé no pueden ser las mismas que para un niño de 8 años. Por esto, se darán a conocer a continuación, una serie de actividades y juegos según la edad de los niños:
0 a 1 año: Rodar pelotas con sonido, animarle a gatear, hacer ritmos con juguetes, golpear juguetes.
1 a 5 años: Bailar, construir con bloques, hacer dibujos con distintas pinturas, subir y bajar escalones
5 a 10 años: juegos con cuerdas, practicar caligrafía, montar en bicicleta, juegos de mesa y al aire libre.
10 a 18 años: Baloncesto, natación, tenis, futbol y cualquier deporte que les guste.
¡El aprendizaje de pequeños … es la fortaleza de grandes!