Hace 5 años se firmó el Acuerdo de paz y los asesinatos y masacres son aún el pan de cada día, estamos cada vez más sumidos en el miedo y en la zozobra, sobre todo en Nariño.
Cada vez que pasa un hecho de violencia donde masacran a población civil o autoridades policiales o militares realizan los ‘famosos’ consejos de seguridad, pero realmente que soluciones o estrategias se planean en esas reuniones. Después de tales eventos la situación de violencia sigue igual o peor, realmente el Consejo de Seguridad se volvió un paliativo para que los ciudadanos veamos que en los territorios se está haciendo algo.
En Colombia hemos caído en la costumbre de solucionar los actos delictivos con juntas y reuniones que no solucionan nada, hay un hecho de corrupción el gobierno forma un comité investigador; hay una masacre, las autoridades hacen consejos de seguridad; hay fallas en algún proyecto de infraestructura, conforman comités asesores…y así se van reuniendo y reuniendo y de soluciones absolutamente nada.
En los territorios golpeados por la violencia donde la falta de oportunidades son la constante, es necesario hacer una inversión social que promueva la educación, la cultura y el bienestar comunitario con el fin de acortar las tremendas brechas socioeconómicas que existen en nuestro país.
Es momento de cambiar el discurso de ataque frontal a los violentos por el de bienestar social, equidad, justicia y más oportunidades, con esto haremos que la juventud quiera quedarse en sus territorios y sectores rurales y no como actualmente se nota… todos quieren emigrar y salir desplazados a buscar nuevos horizontes.
El sector rural de Colombia y de Nariño debe ser protegido al fin y al cabo ellos son la despensa del país, pero si continúan haciendo reuniones, consejos y comisiones para maquillar un problema de fondo, la situación no mejorará y lo que es peor puede agravarse.
Por: Alvaro Moreno Díaz

