Los seres humanos vinimos a esta tierra como una raza dominante dotada de conciencia, virtud que permitiría al hombre construir una sociedad amigable con nuestros semejantes y con el entorno. Sin embargo, la realidad que enfrentamos es otra, pues la raza humana no ha medido sus actos. La afectación ambiental, el capitalismo, la política sin sentido social y las inequidades son situaciones que, día a día, materializan la autodestrucción de la sociedad. La vida se ha devaluado; los principios y valores ya no determinan el comportamiento de cada ser, sino que son las tendencias y las modas las que enmarcan el actuar de las generaciones jóvenes.
El desnudo, el sexo y la pornografía se han convertido en una necesidad actual de la sociedad, lo que ha hecho de ello un negocio con alta demanda y réditos interesantes para quienes lo ejercen. A esto se suma el alto consumo de licores y sustancias psicoactivas, prácticas que deterioran la sociedad. Asimismo, modas o tendencias como las redes sociales dañan y someten a la ciudadanía a un estado de letargo, vagancia y procrastinación, dejando lo importante para más tarde y permitiendo que lo banal se adueñe de nuestras vidas.
Es necesario hacer un alto en el camino y reflexionar, como individuos, sobre cuáles son nuestros derechos, pero también nuestros deberes, y sobre cuál es el aporte que cada persona hace para construir una sociedad mejor. Estamos llamados a ser más espirituales, a respetar la vida y a conservar las buenas costumbres, siendo respetuosos de nuestra humanidad y del entorno.
Una vida con verdadero sentido humano implica conocer lo vulnerables que somos, aceptar las diferencias con las otras personas y respetar nuestro cuerpo y mente. Como dice un adagio muy popular: Ā«Mente sana en cuerpo sanoĀ», y así debería ser. No permitamos que sustancias dañinas entren a nuestro organismo, filtremos también la información que nos llega mediante redes sociales. Cuidarnos a nosotros mismos, el entorno y la sociedad es nuestro deber, de ahí parte tener un verdadero sentido humano.

