Durante muchos años, la anhelada sede de la Universidad de Nariño en los barrios surorientales de Pasto ha sido un sueño esquivo que ha pasado por múltiples administraciones. Sin embargo, hoy este proyecto podría finalmente convertirse en realidad, ya que ha sido incluido en el Plan Nacional de Desarrollo (PND). Esta iniciativa representa un avance significativo para el desarrollo educativo regional, especialmente en una zona donde se concentra gran parte de la población.
El esfuerzo para concretar esta obra ha involucrado a diversas autoridades, comenzando por la Alcaldía de Pasto, responsable de la ubicación de la sede de la Udenar. Actualmente, la expectativa se centra en la entrega del lote donde se construirá esta institución educativa.
A nivel nacional, el respaldo económico del Ministerio de Educación es crucial para garantizar la infraestructura necesaria. La noticia ha despertado expectativas, ya que el presidente Gustavo Petro ha reafirmado su compromiso de dotar a la zona suroriental de su propia sede de la Universidad de Nariño.
Martha Sofía González, rectora de la Udenar, afirmó: «Esta iniciativa ha sido impulsada por las juventudes durante muchos años. El proyecto ya está en el PND, y debemos avanzar por etapas. Iniciaremos diálogos con las comunidades para promocionar nuestra oferta educativa y realizar un diagnóstico en la zona para determinar los programas a implementar».
La concreción de la sede Udenar en los barrios surorientales no solo representa un avance educativo sino también un impulso económico y social para la región. Este proyecto, respaldado por el compromiso del alcalde Nicolás Toro, no solo fortalecerá la oferta académica, sino que también generará oportunidades de empleo y potenciará el desarrollo comunitario.
La construcción de la sede se perfila como un desafío que requiere la colaboración del Gobierno Nacional y el Ministerio de Educación. Además, las gestiones del gobernador de Nariño, Luis Alfonso Escobar, y del comprometido alcalde de Pasto, Nicolás Toro, son clave para agilizar los recursos y convertir este sueño en una realidad palpable.
En medio de la expectativa, la población suroriental aguarda con optimismo la transformación que esta sede educativa podría traer consigo, consolidando a Pasto como un polo de desarrollo educativo y comunitario en la región.