Chucho Martínez

¿Cómo Voy Yo?

Por: Chucho Martínez

Quienes participan de los negocios, generalmente se preguntan ¿Cómo Voy Yo? conocido popularmente como el famoso CVY, que se lo asocia a la corrupción pero que no necesariamente es ella.

La política moderna dista mucho de aquella que disfrutamos y padecimos hace muchos años, especialmente en la izquierda original y hasta virginal que me correspondió vivir en los años 60 y 70. Hermosos y agotadores debates que enriquecían el intelecto y nos ponían a soñar en el socialismo de verdad. Los debates en el congreso abundaban de profundas reflexiones conceptuales de los militantes de cada partido.

Hoy, la googlización nos ha quitado el placer de palpar un libro o de escuchar verdaderas piezas literarias que adornaban los discursos. Se han impuesto la video política de los mensajes cortos en tik tok, las descalificaciones desde perfiles falsos, la injuria y calumnia en mensajes anónimos de las redes de WhatsApp. Que “Una imagen vale más que mil palabras”, no da tiempo para el debate profundo de las ideas movilizadoras por parte de los líderes de los grupos políticos, ni de los candidatos porque se están imponiendo finalmente las mecánicas electorales de pequeños círculos de decisión, por fuera y a espaldas de las grandes masas populares, que solo participan de la democracia cuando votan delegando su capacidad de decisión en algún fulano que tuvo la habilidad o el dinero suficientes para hacerse elegir y tener una credencial con la que se cree de una élite superior de la sociedad.

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El ciudadano del común se pregunta ¿Cómo voy yo? ¿Con mis problemas, mi bajo salario, el alto costo de la comida y los servicios públicos, la deficiente atención en salud, falta de acceso a educación de mis hijos, con mi desempleo, mi subempleo, mi inseguridad, mi vejez? Los candidatos responderán con evasivas porque saben que esas preguntas no tienen respuesta en el modelo capitalista y menos en una gobernación, alcaldía, asamblea o concejo municipal. Así entonces, el destino del CVY será el mismo de siempre, injusticia, desigualdad y herencia transgeneracional de la pobreza.

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