Por: Sofonías Rodríguez M.
1537 año de fundación y aún se mantienen vivos sentimientos de gratitud y admiración, expresados no de cualquier manera, ni gratuitamente por aquilatados hombres de letras y de historia, testigos del crecimiento y progreso de una raza pujante y altiva como la de la noble y leal ciudad de Pasto.
“He llegado aquí, a vuestro suelo como a tierra santa, limpios de polvo los pies, no enturbiados los ojos por la pasión, serena la mente para discernir la verdad y puros el corazón y los labios para confesarla”. Nido de las santas tradiciones de la gente española, relicario de fe católica. Así lo sentía José María Carrasquilla.
Hoy la capital nariñense se cataloga entre las mejores de nuestro país. Elegante se levanta como desafiando el azul de los cielos con lujosos diseños arquitectónicos donde el comercio se explaya en diversidad de ofertas. Es el sitio ideal para la gente que desde diferentes lugares de Colombia y del mundo llegan para disfrutar de sus maravillas como las artesanías talladas en barniz de Pasto.
«Es “Ciudad Teológica” no sólo por el firme espíritu creyente y fervoroso de sus habitantes, sino por los majestuosos templos de imponentes estilos que exhibe desde hace casi dos siglos, sinónimos de especial admiración y de obligada visita».
Es “Ciudad Teológica” no sólo por el firme espíritu creyente y fervoroso de sus habitantes, sino por los majestuosos templos de imponentes estilos que exhibe desde hace casi dos siglos, sinónimos de especial admiración y alto estrato como sitios de obligada visita para propios y visitantes.
Cuna de ilustres intelectuales como Ignacio Rodríguez Guerrero, Alberto Quijano Guerrero, Alberto Quijano Vodniza, Eduardo Muñoz Lora, Maruja Hinestrosa de Rosero y las nuevas generaciones que siguen brillando en el panorama de la ciencia, la cultura, el deporte desde Nariño para Colombia.
Y qué decir del Carnaval de Pasto proclamado por la Unesco en el año 2009 como Obra Maestra del Patrimonio Cultural Inmaterial de la humanidad en donde pastusos y turistas en un sólo abrazo de hermandad plena, disfrutan con sana alegría de todos los espectáculos que ofrece esta magna cita con el arte.
Además ya tiene un espacio en el corazón de pastusos y nariñenses el tricolor que hoy lo vemos luchando con todo para llevar alegría y orgullo a un pueblo que nunca ha perdido la ilusión de verlo triunfando. Nuestro Deportivo Pasto es hace tiempo un atesorado patrimonio que perdurará por siempre.
Por todo… ¡cómo no querer a Pasto!