Por Ricaurte Losada Valderrama
Generalmente en Colombia los árboles no dejan ver el bosque. En medio de esta situación constante, y sobre todo en coyunturas como la actual, la mejor manera de defender los derechos es no desconociéndolos, pero ante el hecho real de que por múltiples y muy variadas razones no hemos generado las condiciones para hacerlos efectivos, toca recurrir primero a la justicia nuestra, también agobiada por tantos flagelos y agotado el trámite interno sin solución, acceder al sistema internacional de defensa.
Como en ambos casos, de manera general no se tiene conocimiento sobre cómo hacerlos efectivos, prefiero en esta columna no tratar un tema de coyuntura para referirme a ellos, aunque en realidad de verdad este termina siendo un tema de coyuntura porque los derechos se infringen a diario.
Los mecanismos internos son la acción de tutela, el derecho de petición, las acciones populares y de grupo, el habeas corpus, el habeas data y la acción de cumplimiento y las instituciones para hacerlos efectivos son de manera básica, la Procuraduría General de la Nación, la Defensoría del Pueblo, las personerías, la Comisión de la Verdad, la Jurisdicción Especial para la Paz, la Contraloría General de la República, las contralorías departamentales, distritales y municipales, es decir, contamos con unos amplios mecanismos y entidades para garantizar de manera directa la protección de los derechos, pero, sin embargo, se violan minuto a minuto y segundo a segundo.
Y la protección internacional de los derechos se refiere al conjunto de mecanismos y normas que buscan garantizar su respeto y promoción mundial y regional, mecanismos que se basan en instrumentos legales como tratados y declaraciones que operan a través de varios sistemas: el universal de Naciones Unidas y los regionales: el interamericano, el europeo, el asiático, el árabe y el africano.
Por citar un ejemplo, en razón de ser una de las posibilidades que tenemos los colombianos de acudir internacionalmente, una vez que hemos agotado los recursos internos, el Sistema Interamericano está compuesto por más de diez instrumentos de defensa, partiendo de la Convención Americana sobre Derechos Humanos.
Pero hay otros instrumentos internacionales de suma importancia, como la Declaración de los Derechos y Deberes del Hombre, que abrió el camino para la protección; la Declaración Universal de Derechos Humanos, que es un hito en su defensa, al haber establecido los derechos básicos que deben ser protegidos; el Pacto Internacional de los Derechos Civiles y Políticos y la Convención Americana sobre Derechos Humanos, entre otros.
Este es un tema muy basto en el cual contamos con muy suficientes instrumentos jurídicos para la promoción, defensa y protección de los derechos que, sin embargo, en el planeta y particularmente en Colombia no han posibilitado la inhibición de su violación, sencillamente porque el derecho es solo el principal instrumento del ejercicio del poder, del cual es corriente que se separen quienes lo detentan y porque las circunstancias materiales y sociales son muy distantes, como en nuestro caso.
Y para combatir la violación de los derechos como para todos los efectos, no existe en Colombia una manera eficaz de integrar el trabajo disperso que realizan las distintas dependencias estatales. En consecuencia, se requiere una Coordinación General del Estado.
@ricaurtelosada