COMFAMILIAR  A DEVOLVER EL POLIDEPORTIVO

Créanme amigos míos,  mis fieles lectores, que no había tenido oportunidad de pasar en los últimos días, por el barrio Miraflores, uno de los barrios de mi adolescencia y de mi juventud, y si lo hice no me había dado cuenta; pero al hacerlo el pasado viernes 18 de octubre, me vi sorprendido cuando observo que el viejo Parque y Polideportivo del citado barrio, ubicado en la parte baja del mismo, donde tantos campeonatos de micro futbol y festivales de juegos autóctonos, realizamos con la Fundación Cultural Musurunakuna, donde cientos de niños y niñas, también jóvenes y adultos, allí han jugado micro fútbol o baloncesto, con la misma libertad de las aves, hoy ha caído en “las garras felinas” de Comfamiliar.

Me sorprendió sobremanera observar que el citado parque y polideportivo ha sido cerrado y se está construyendo una cancha que será sintética, sin duda “para exprimir” económicamente, a quienes quieran allí jugar microfútbol, porque dizque el parque le pertenece, a Comfamiliar, castrando a los niños y jóvenes a jugar libremente como le venían haciendo desde hace más de 50 años.

Pero no me extraña que Confamiliar se haya apoderado de este parque y polideportivo, ellos ya están enseñados a eso, pues lo hicieron con el Parque Infantil y El Parque Chapalito, me extraña y me horroriza como dice Martin Luther King, que la Junta de Acción Comunal de Miraflores no haya hecho nada  por evitarlo y hacer que siga siendo del barrio.

Estaremos haciendo las investigaciones pertinentes, porque no es posible que estas cosas,  que perjudican a los niños y a los jóvenes de ese sector, se presenten y que nadie diga nada; don Juan Zambrano presidente de la Junta de Acción Comunal, no sabe quién entregó ese polideportivo Comfamiliar, pero se va a luchar por su devolución, y nosotros estaremos apoyándolo porque no se puede permitir estos abusos contra la niñez y la juventud.

Además, la construcción de una obra de cemento y ladrillo que se viene adelantando al interior del parque, no cuenta, pues son se observa, la autorización de la Curaduría, esa que debe tener, asa sea  para arreglar la fachada o el antejardín de su casa; por eso es que se volvió común el dicho popular “todas las entidades terminadas en ía, salvo una excepción, no sirven de un carajo”