Comerciantes denuncian que son víctimas de la delincuencia en Pasto

La creciente ola de robos a mano armada en los barrios San Ignacio y Las Cuadras de la ciudad de Pasto tiene a los comerciantes y residentes alarmados. A medida que los atracos se han vuelto más frecuentes y violentos, los afectados alzan la voz para denunciar la situación que, según afirman, ha alcanzado niveles desmedidos. En una de las zonas comerciales más concurridas de la ciudad, los comerciantes enfrentan el temor constante de ser víctimas de la delincuencia.

Aldair Herrera, comerciante local, relata que los atracadores parecen tener bien identificados los momentos en los que los negocios están más llenos, aprovechando la aglomeración de personas para atacar de forma rápida y violenta. «Llegan, apuntan a los clientes o a los mismos dueños, y despojan a las víctimas de sus pertenencias en cuestión de segundos. Esto está afectando seriamente nuestra tranquilidad y nuestras ventas», señala Herrera, quien teme por su seguridad y la de sus empleados.

Temor

En la misma línea, Álvaro Riascos, otro comerciante de la zona, asegura que la situación ha ido empeorando rápidamente. «Esta semana ya van dos robos, en pleno establecimiento comercial. Aunque una banda fue capturada recientemente, sabemos que existen más grupos operando, y lo peor es que lo hacen sin temor a ser detenidos», denuncia Riascos, quien no puede dejar de preguntarse si las autoridades están tomando las medidas adecuadas para frenar este creciente problema.

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El lado oscuro

Los robos en la ciudad se han convertido en una pesadilla cotidiana para muchos. En los últimos meses, el número de denuncias por robos violentos a mano armada ha aumentado considerablemente, generando un clima de incertidumbre y desesperación en la población. En la zona de San Ignacio y Las Cuadras, conocidos por ser puntos comerciales de gran movimiento, los comerciantes se sienten atrapados entre la amenaza de la delincuencia y la falta de respuestas efectivas por parte de las autoridades. Los delincuentes han adoptado cada vez más métodos agresivos, llegando incluso a amenazar con armas a los transeúntes y a los empleados de los comercios. Esta situación ha generado un llamado urgente a las autoridades locales, quienes, aunque han realizado algunas capturas, no han logrado erradicar el problema en su totalidad. Los residentes y comerciantes temen que esta situación continúe creciendo si no se toman medidas inmediatas y eficaces para restaurar la seguridad en la zona.