Comerciantes del barrio Chambú rechazan ola de robos nocturnos

Los comerciantes, tenderos y líderes del barrio Chambú, ubicado al sur de la ciudad de Pasto, viven con creciente preocupación debido a una serie de robos nocturnos que, según denuncian, parecen estar perfectamente planeados. En las últimas semanas, la situación ha escalado y ahora incluye amenazas directas y extorsiones, especialmente por parte de ladrones que se desplazan en motocicletas.

Uno de los testimonios más fuertes proviene de Eivar Díaz, propietario de un supermercado en la zona, quien relató con angustia cómo los ladrones actúan rápidamente. «Entraron con armas rápidamente, no dan chance de llamar a las autoridades», afirma Díaz, dejando en claro que las acciones de los delincuentes son tan rápidas como violentas. Según su relato, en muchas ocasiones los delincuentes amedrentan a los dueños de los negocios con armas de fuego, exigiendo el dinero en efectivo que los establecimientos han logrado recolectar durante el día.

La situación no es aislada: otros comerciantes también han sido víctimas de esta modalidad de robo. Los ladrones no solo se limitan a robar dinero, sino que, en muchos casos, también amenazan a los empresarios con «vacunas» – una forma de extorsión – para que entreguen una parte de sus ganancias a cambio de «protección». Esta extorsión está afectando gravemente la economía local, ya que muchos tenderos y propietarios de pequeños comercios se ven forzados a ceder ante las amenazas por temor a represalias.

Una de las tácticas más comunes de los delincuentes es vestirse con ropa similar a la de los cobradores de diarios, un oficio habitual en el barrio Chambú. Esta estrategia les permite aproximarse a los establecimientos sin levantar sospechas. «Al principio pensamos que eran cobradores del diario, pero luego nos dimos cuenta de que eran ladrones», explica Alicia Quintero, líder comunitaria de la zona.

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Según Quintero, esta modalidad de robo ha ido en aumento desde hace meses, pero recientemente ha tomado una forma más violenta y compleja. Los delincuentes, en lugar de actuar con sigilo, se presentan con armas de fuego, lo que genera un clima de constante miedo entre los habitantes y comerciantes del barrio. La líder asegura que los robos ya no son solo un problema aislado, sino una situación que afecta gravemente la tranquilidad y seguridad de toda la comunidad. La falta de control sobre la situación ha llevado a los afectados a expresar su frustración. Los comerciantes temen por su seguridad y la de sus empleados. Muchos aseguran que, a pesar de las denuncias y las alertas que se han emitido a las autoridades locales, la policía no ha logrado implementar una estrategia eficaz para frenar los robos ni para dar con los responsables.