Por: Carlos Santa María
No es de ningún modo extraño que en el país hayan desaparecido 30 o 40 años de historia patria de un momento a otro.
Así parece pues todos los problemas que han existido en dichas décadas y que se intenta resolver en gran parte hoy día parece que hubieran nacido recién y, por tanto, le corresponde al gobierno actual solucionarlos de inmediato, sin dilaciones y con perfección.
¿Por qué la falta de memoria ahora?
Simple. Los gobiernos desde Gaviria, por ejemplo, deshicieron toda estructura social existente y propusieron el neoliberalismo como receta ideal para avanzar en el progreso requerido. No dijeron que ello implicaba pérdida de soberanía absoluta, pues la ciudadanía quedaba sin capacidad de decidir sobre sus propios problemas y su parecer ya no interesaba para nada.
Ahora los análisis en los Medios, de un modo muy conveniente para quienes gobernaron hasta agosto del año pasado, sólo hacen referencia al presente inmediato como si no hubiera ocurrido nada que deterioró a la nación y dejó en un estado lamentable con el puesto tercero en el mundo en corrupción, después de Ucrania, y con índices de pobreza absoluta. Nada se dijo sobre su inmensa riqueza en recursos humanos y materiales, con gran inteligencia adquirida.
«Los análisis en los medios, de un modo conveniente,para quienes gobernaron hasta agosto del año pasado, sólo hacen referencia al presente inmediato como si no hubiera ocurrido n ada que deterioró a la nación y dejó en un estado con el puesto tercero en el mundo en corrupción».
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Todos los problemas que afronta Colombia son de vieja data y propios de la gobernanza anterior que en sus años de tránsito no los resolvieron y dejaron ahondar, por lo cual no reconocer sus errores y criticar es hipocresía, ocultamiento o cobardía interesada en destruir la verdadera soberanía que se requiere y donde el pueblo irá más allá de la opinión a manifestar su necesidad de cambio para crecer en equidad.
De ningún modo se debe evitar el cuestionamiento a errores que se pueden cometer como, por ejemplo, llamar en la misma fecha que la oposición a una marcha popular.
Lo fundamental, eso sí, es no olvidar que el origen viene de atrás y quienes lo provocaron deben responsabilizarse ahora mismo.
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