El Gobierno colombiano expresó este martes su “profunda preocupación” tras las declaraciones del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, quien insinuó que cualquier nación vinculada a la producción o tráfico de drogas con destino al mercado estadounidense podría convertirse en objetivo de ataques militares.
En un comunicado oficial, la Cancillería de Colombia calificó de alarmantes las palabras del mandatario estadounidense, quien mencionó explícitamente la posibilidad de incluir al país andino en futuras operaciones armadas bajo el argumento de combatir el narcotráfico. “Recibimos con gran preocupación las recientes declaraciones del Presidente de los Estados Unidos (…) en las cuales sugiere la posibilidad de realizar acciones militares contra Colombia”, señaló el Ministerio de Relaciones Exteriores.
El Gobierno colombiano reafirmó su compromiso histórico con la lucha contra las drogas y aprovechó para hacer un llamado a la unidad latinoamericana, exhortando a los países de la región a mantenerse cohesionados frente a cualquier intento de intromisión que ponga en riesgo la soberanía de sus pueblos.
Las declaraciones de Trump se produjeron desde la Casa Blanca, donde habló sobre una nueva campaña naval y aérea de Estados Unidos en el sur del mar Caribe. Allí afirmó que no solo Venezuela podría ser blanco de operaciones más amplias, sino también Colombia. “Colombia produce cocaína… y cualquiera que la venda a nuestro país está sujeto a ataques”, afirmó. Tras ser consultado por un periodista, aclaró: “No, no solo Venezuela”.
Ante estas afirmaciones, Bogotá rechazó de manera categórica cualquier amenaza que afecte su integridad territorial. Además, resaltó que cualquier abordaje del problema narcotraficante debe tener en cuenta aspectos de derechos humanos, salud pública, medioambiente y la protección de comunidades vulnerables.
El presidente Gustavo Petro también respondió directamente al mandatario estadounidense. Invitó a Trump a visitar Colombia para presenciar la destrucción de laboratorios de cocaína y sentenció: “Atacar nuestra soberanía es declarar guerra. No dañe dos siglos de relaciones diplomáticas”.
Las tensiones entre Washington y el Gobierno de Petro ya venían aumentando. En septiembre, EE. UU. revocó su visado, y un mes después, el Departamento del Tesoro lo incluyó en la Lista Clinton, después de que Trump —sin presentar pruebas— lo calificara como un “líder del narcotráfico”.
Preocupación desde el Vaticano
El papa León XIV también se pronunció sobre el tema. Durante su retorno a Roma tras una visita a Beirut, el pontífice —estadounidense de nacimiento y nacionalizado peruano— expresó inquietud ante el tono creciente de Washington hacia América Latina. Consideró extremadamente peligrosa cualquier opción de intervención militar y pidió priorizar el diálogo y la presión económica en vez del uso de la fuerza, advirtiendo que una guerra afectaría principalmente a la población civil.
La polémica se intensifica tras el indulto a Juan Orlando Hernández
Las advertencias de Trump coincidieron con otra decisión controvertida: el indulto al expresidente hondureño Juan Orlando Hernández, condenado por narcotráfico en Estados Unidos y liberado por orden del propio mandatario.
La medida desató críticas inmediatas en Honduras. El presidente del Parlamento, Luis Redondo, denunció que la liberación contradice años de trabajo judicial en EE. UU. y cuestionó con dureza que un narcotraficante sentenciado sea perdonado pese a los enormes daños que causó. “¿De qué sirve que fiscales arriesguen la vida enfrentando a los carteles, si al final se libera a un narcotraficante que inundó de cocaína al pueblo estadounidense?”, escribió en X.
