La COP-16 ha colocado como protagonista a nuestro país para mostrarse al mundo; un tema de vital trascendencia que muestra las capacidades institucionales, las de las comunidades, grupos de interés y en general a toda la población.
El lema de la COP16 de Cali; “Paz con la naturaleza”; que hace un llamado a la reflexión para mejorar la relación que tenemos con el medioambiente. Recoge muy bien sus objetivos, pero también el inmenso reto de promover el uso sostenible de la biodiversidad y el reparto equitativo de sus beneficios, así como de detener y revertir el deterioro de la naturaleza con la destrucción de ecosistemas y la extinción de especies. En este campo, se debe acordar finalmente el mecanismo multilateral sobre acceso justo y equitativo y distribución de beneficios derivados del uso de información digital sobre secuencias de recursos genéticos, es decir, de los datos biológicos asociados a dichos recursos.
La COP procura en el año 2050 que la biodiversidad se valore, conserve, restaure y utilice de forma sostenible para garantizar un planeta sano y un futuro en el que las personas vivan en armonía con la naturaleza; obviamente partiendo de un equilibrio entre los pilares del desarrollo sostenible; para esto es necesario el cumplimiento de los ODS.
Ahora bien, el sistema productivo y comercial multilateral presenta dificultades profundas. Estamos en retroceso unilateralismo, al todo vale, a la ausencia de reglas y de institucionalidad. La conferencia Ministerial de la OMC, realizada en Ginebra en el 2023, no solamente se constituyó en un fracaso monumental, sino que, con la complicidad de la organización y de los países desarrollados, decidió mantener y profundizar la incertidumbre; esto ha llevado a varios países a incumplir esos acuerdos marco para protección ambiental definidos en los ODS y que se tratan también en la COP.
Por eso es Urgente que en esta conferencia se toquen nuevamente, los retos que se tienen en materia de protección ambiental y climáticas sino revisar las tareas y compromisos que tienen los diferentes países y sus economías en aras de un bienestar colectivo a nivel ambiental global.
Finalmente, un tema para reflexionar y que es lo que busca la COP-16: de las más de 138.000 especies de fauna que han sido evaluadas por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN), un total de 581especies han desaparecido de los hábitats de todo el mundo desde el inicio del siglo XXI. Según Naciones Unidas, de las 8.300 razas de animales conocidas, el 8% están extintas y el 22% está en peligro de extinción.
Con respecto a la flora; en los últimos 250 años, casi 600 especies de plantas han desaparecido, más del doble del número de mamíferos, pájaros y anfibios extintos sumados.
Así que el reto es global y busca una simple premisa; proteger la biodiversidad de flora y fauna; porque en este mundo tenemos derecho a vivir todos los seres vivos.
Javier Recalde Martínez

