Colombia no anda bien en estos momentos, muchos quisiéramos que las cosas sean mejores, que sea un país próspero, con grandes oportunidades para todos. Pero el país como está marchando no está bien. El país está polarizado por culpa de un reducido grupo de personas que se tomaron el país como si fuese empresa familiar. Estos mienten, engañan a la gente con argumentos infundados. Ellos, los que siembran cizaña, son los que se encomiendan a Dios y a todos los santos de la Iglesia Católica, dicen actuar en nombre de Cristo, como su guía protector, pero mienten de noche y de día; destruyen a los pobres, y, en consecuencia, destruyen a todo un país.
Los de la otra confesión, proceden de idéntica manera, y también tienen a Jesús como redentor, pero adoran y apoyan a criminales, a ladrones del dinero que pertenecen a la educación y la alimentación de los niños de los sectores más deprimidos de nuestro país.
Claro, ellos culpan a los indígenas por la crisis del país, pero normatizaron el saqueo del erario. No podemos olvidarnos de los 70 mil millones que se perdieron en manos de la señora Abudinen; de Reficar, el robo más grande de la historia de Colombia (USD 4.000 millones); en la Ruta del Sol se perdieron más de dos billones de pesos; en Hidroituango se perdieron $4.3 billones; el puente de Chirajara que se desplomó costó cerca de $100.000 millones; Duque entregó a Sarmiento Angulo 4.000 millones por la afectación a la banca a raíz de la pandemia, vendió la reserva en oro del país. Y tendríamos un largo rosario de saqueos a la nación. Y la culpa es de los jóvenes que protestan para exigir mayor presupuesto para la educación pública.
La protección del expresidente Álvaro Uribe se conforma de 330 hombres y 15 mil millones de pesos al año, una cifra exorbitante con la que se podría construir muchas aulas escolares, hospitales o alimentar a miles de bocas hambrientas. Estos temas los tenemos en el olvido, y creemos que un presidente por ser de izquierda es el culpable de cuanta desavenencia ocurre en el país. Ellos tienen patente de corso para saquear las arcas del Estado.
Y no se trata de irse a los extremos. Pero a nuestro país le ocurren sucesos inverosímiles, como el hecho que una multinacional, como Kéralti soborne a 9 congresistas para permitirle lucrándose con el negocio de la salud. Algunos me dirán que eso no es inverosímil, y tendrán razón porque hemos perdido nuestra capacidad de asombro, el hecho es que estamos tan pasmados con este tipo de sucesos, que ya nada nos conmueve.
En nuestro país se ha asesinado candidatos presidenciales, y hoy tememos que esta derecha recalcitrante ataque a nuestro presidente. Si eso llegase a suceder, estaríamos repitiendo los sucesos del 9 de abril de 1948. A pesar de los ataques al presidente por los grandes medios de comunicación, se ha mantenido incólume por su trayectoria acumulada en el terreno político.
Pero no nos merecemos esta suerte, ya es hora que el país se estabilice por un tiempo prolongado. De ser así, tendríamos las mejores oportunidades, al impulsar el turismo, teniendo en cuenta que tenemos un gran patrimonio en esa materia. En el área cultural, tenemos grandes ventajas frente a otras regiones: Nariño es prodigioso en esos valores, por donde lo vea.

