Pues sí señores, después de tanto anunciarlo y circular por allí nuevamente los atentados terroristas en el país vuelven a ser noticia y no hay nada más frustrante, decepcionante y triste en esta vida y en esta, mi Colombia que despertar con las noticias informando que en diferentes zonas del país la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (Eln) está haciendo de las suyas.
Qué triste que nuevamente la paz de los colombianos, esa que obviamente no ha llegado, pero en la cual tenemos esperanza, se opaque por actos de unos cuantos violentos que como siempre buscan asustar y perjudicar a los más vulnerables.
La alerta se encendió en el país luego que en las últimas horas el Eln amenazó con un paro armado de 72 horas, según el comunicado, por el ‘mal gobierno’ del presidente Iván Duque, algo que el ministro de Defensa, Diego Molano, dijo que solo era para generar terror entre la ciudadanía.
Sin embargo, ayer desde la mañana se comenzaron a registrar actos terroristas, los cuales podrían obedecer a que la guerrilla nuevamente cumplió sus amenazas y ya dejó los primeros heridos en el sector entre el municipio de San Gil y Socorro, en Santander, además de vehículos incinerados en la Panamericana entre Popayán y Cali, explosiones en zona urbana de Cúcuta y el pánico de los colombianos de no saber qué va a pasar ante esta ola de violencia que nuevamente atormenta al país.
Si de algo estamos seguros los colombianos, principalmente los nariñenses, es que este tipo de hechos solo muestran el lado oscuro de nuestro país. Esa necesidad ilógica de querer lastimar y dañar al otro son solo ideas que caben en personas sin humanidad que piensan que volando vías y atemorizando ciudadanos van a lograr cambiar a Colombia porque los malos gobiernos, como siempre, la tienen destruida.
La única manera de cambiar toda esta crítica situación que estamos viviendo y el único modo de combatir esta guerra absurda es tomar conciencia a la hora de elegir a nuestros próximos gobernantes. Es entender que evidentemente algo en el país anda mal y esto se debe a las desigualdades que existen, a la falta de oportunidades, al que hoy en día territorios como la costa pacífica en nuestro Nariño aún no cuentan con agua potable, vías terciarias, electricidad, internet y las mínimas garantías para convertirse en un territorio digno de habitar y que tenga oportunidades para salir adelante.
Ojo, que el poder elegir el cambio hoy más que nunca está en nuestras manos y que jamás el dinero o el ‘tamal’ pueden ser la excusa para quedarnos con lo mismo.
Por: Claudia Zambrano Erazo