Mauricio Muñoz.

CIUDAD SIN DIOS NI LEY

Por Mauricio Fernando Muñoz Mazuera

Justamente hace 8 días, el Jueves Santo pasado, recorrí las calles de Pasto en medio de la tradicional visita a los templos, unas calles que ya no se abarrotan como antes, calles en las que no se siente el mismo fervor de antaño, algunos dirán “porque la gente está despertando y se han dado cuenta que la religión es una enfermedad”, en los comentarios de algunos doctos en las redes sociales; para mí en cambio, esto sucede porque al hombre de ahora ya no le interesa nada, se volvió peor que un autómata, su vida solo se centra en comer, dormir y trabajar siguiendo un guión materialista, en donde Dios no cabe.

Volviendo al anterior 6 de Abril, cuando me enrutaba hacia el  templo de San Andrés, me recibió una escena deplorable, el parque transformado en una galería llena de desperdicios, jóvenes y adultos consumiendo bebidas embriagantes sin pudor, tirados en el suelo abandonados a su suerte, imbuidos en el asquiento olor a marihuana.

Para nadie es un secreto que este Parque Rumipamba se ha convertido en el epicentro de la rumba “a cielo abierto” de Pasto. Todos los fines de semana allí se puede encontrar desde el “tradicional” chapil, como todo tipo de drogas, además de escenas de peleas a diestra y siniestra, y a pesar que las oficinas principales de la Alcaldía de Pasto se encuentran en este lugar, no hay doliente del espacio.

En el mes de noviembre del año 2019, el ex presidente Ivan Duque promulgó la Ley 2000 buscando prohibir el consumo de bebidas embriagantes y sustancias psicoactivas en espacios públicos, modificando en parte del Código Nacional de Policía, sin embargo el 6 de Junio del mismo año, la Corte Constitucional ya había derogado dos artículos del Código de Policía y Convivencia que penalizaban el consumo de alcohol y sustancias psicoactivas en espacio público, esto debido a ser considerados contrarios a la Constitución en tanto violaban el derecho al uso del espacio público y al libre desarrollo de la personalidad, creando un limbo jurídico, pues la Corte se pronunció sobre el mismo tema que toco la Ley 2000, así que realmente la Policía no tiene una herramienta idónea para actuar en estos momentos.

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Sin embargo, es preciso indicar que amparados en el famoso “libre desarrollo de la personalidad” cualquiera se puede amparar en hacer un montón de fechorías, tal y como lo estamos viendo en este Parque, y es más inaudito que esta escena dantesca se registró en pleno Jueves Santo y en cercanías de uno de los templos más tradicionales de Pasto, en donde algunos historiadores se atreven a afirmar, se fundó el primer asentamiento de lo que hoy conocemos como Pasto.

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Por menos, en meses atrás se prohibió el uso del Parque de Santiago y San Felipe en diciembre para la ubicación del alumbrado alegando la perturbación de la salud y tranquilidad de los vecinos del sector, creo que es imperativo que lo mismo suceda en Rumipamba, o de lo contrario, la situación se saldrá de control.

Finalmente, me quedo con la reflexión de uno de los feligreses que también estaba haciendo el mismo recorrido hacia San Andrés “en esta ciudad no hay autoridades por lo visto, el Alcalde solo sirve para tomarse fotos con los mismos de siempre, pero de liderazgo, ni el nombre”.