El gobierno chino presentó un plan de reactivación que busca revertir la caída prolongada en la inversión pública y privada, especialmente en sectores como infraestructura, manufactura avanzada y tecnología. El paquete incluye incentivos para empresas locales, flexibilización de créditos y financiamiento directo para obras estratégicas en transporte y energía. La medida llega en un momento de crecimiento moderado y tensiones comerciales globales. Las autoridades buscan restaurar la confianza en los mercados y frenar la desaceleración de la demanda interna. Expertos consideran que los efectos reales se verán en la primera mitad de 2026.

