En una entrevista con Faithwire, Strobel reveló que su libro, The Case for Heaven: A Journalist Investigates Evidence for Life After Death, se inspiró en su propia crisis de salud casi fatal. La notable conversión de Strobel de un periodista ateo a uno de los apologistas cristianos más impactantes de nuestro tiempo ha inspirado a millones. Hace varios años, cuando estaba al borde de la muerte, empezó todo. En el piso del dormitorio, mi esposa me descubrió inconsciente, dijo. Hizo una llamada a una ambulancia. Estaba en la sala de emergencias cuando me desperté y el médico me dijo: «Estás a un paso del coma, a dos pasos de la muerte». Pero luego me desmayé una vez más y me quedé atrapado entre la vida y la muerte. Antes de que los médicos pudieran salvarme, estaba al borde de la muerte.
Después de experimentar lo que Strobel describió como «flotar en esa línea nebulosa entre la vida y la muerte», desarrolló una profunda curiosidad sobre las realidades que les esperan a las personas después de su fallecimiento. Strobel era un pastor y apologista que creía firmemente en la Biblia, pero después de tener una experiencia cercana a la muerte, se dispuso a buscar pruebas en el más allá de que los relatos de la Biblia eran exactos. “En el momento en que esto ocurrió, yo era cristiano. Era pastor, así que creo lo que dice la Biblia sobre la vida después de la muerte”, dijo. “Pero. También tengo un equipo de escépticos.»
Mira a Strobel hablar sobre su fascinante investigación sobre el más allá, el infierno y el cielo. Strobel se preguntó en ese momento si la ciencia respaldaba la Biblia, y ahora tiene una respuesta clara: lo hace. Eso lo impulsó a mirar un poco más allá, dijo. «Las cosas que aprendí realmente… de una manera inesperada corroboran lo que dice la Biblia sobre la vida después de la muerte, así que me sorprendieron mucho algunas de ellas.” Según Strobel, algunas de las historias más apasionantes provienen de encuentros cercanos a la muerte en los que las personas estaban clínicamente muertas pero muy conscientes de los eventos que tenían lugar a su alrededor.
«[Estas son] personas que están clínicamente muertas, pero su conciencia, su mente, su espíritu y su alma continúan existiendo y viendo y experimentando cosas que serían imposibles si, de hecho, no las estuvieran experimentando físicamente. experiencia”, dijo. Cuando las personas afirman haber muerto y visitado el cielo, hay muchas personas que se muestran escépticas ante estas experiencias cercanas a la muerte. Cuando Strobel descubrió cuánta investigación y documentación hay en torno a estas cuentas, dijo que él también había tenido dudas sobre ellas cuando era escéptico. Dijo, llamándolo un «área muy bien investigada», «Era escéptico acerca de las experiencias cercanas a la muerte hasta que descubrí que tenemos 900 artículos académicos que se han escrito y publicado en revistas científicas y médicas en los últimos 40 años.»
Strobel incluye en el libro numerosas historias individuales convincentes que respaldan la realidad de estas experiencias cercanas a la muerte. Una de esas historias involucraba a una mujer llamada María que, a pesar de estar clínicamente muerta por un ataque al corazón, de alguna manera estaba «consciente todo el tiempo». «Mi espíritu se separó de mi cuerpo, afirmó. Desde el techo del hospital, observé. Mi espíritu luego flotó por los pisos del hospital y salió del hospital», ella le dijo a Strobel sobre los esfuerzos de reanimación de su cuerpo físico.
María informó haber visto un par de zapatillas azules de hombre en la repisa del tercer piso del techo del hospital cuando la reanimaron, según el personal médico. Curiosamente, se dice que María dio una larga descripción de su zapato. “Entonces, subieron [al techo] y lo encontraron exactamente como ella había dicho”, dijo Strobel. Un estudio sobre personas ciegas que tuvieron experiencias cercanas a la muerte fue otro ejemplo que citó. Estas personas, que solo han visto sombras, afirman haber visto repentinamente procedimientos de reanimación, seres queridos fallecidos y más. Sin embargo, informan haber perdido la visión una vez que están de vuelta en sus cuerpos. Sin embargo, hay algo más que vale la pena señalar: no todas las experiencias cercanas a la muerte son agradables, y algunos informan que vieron horrores y visitaron un lugar más parecido al infierno que al cielo.