POR: JHORMAN MONTEZUMA
El Día más importante del magno evento reunió a miles de turistas y locales para ser testigos de un espectáculo único, donde los artesanos deslumbraron con impresionantes obras que reflejan las raíces nariñenses y andinas.
El corazón de Pasto se llenó de color, ritmo y emoción el día más esperado del Carnaval de Negros y Blancos 2025. Desde primeras horas de la mañana, las calles de la ciudad se vieron desbordadas de turistas y locales que, con ojos llenos de asombro, esperaban con ansias presenciar uno de los eventos más esperados de la región y uno de los más imponentes del mundo: el desfile de los artesanos que dan vida a las mejores obras de arte del Carnaval.
A lo largo de las principales avenidas, el desfile se desplegó ante una multitud vibrante y festiva, ofreciendo un espectáculo impresionante. Gigantescas figuras artesanales, elaboradas con destreza por los talentosos artesanos pastusos, se abrieron paso entre la multitud. Las obras, llenas de colores vibrantes y formas innovadoras, representaban no solo la creatividad de los artesanos, sino también la historia y la tradición del pueblo nariñense.
Los turistas, muchos de ellos visitando la ciudad por primera vez, quedaban maravillados al contemplar las enormes y majestuosas esculturas. Cada una de estas piezas de arte tiene un mensaje, una historia, una raíz que conecta a Pasto con sus ancestros andinos. Desde las figuras de los dioses y leyendas indígenas hasta las representaciones de la fauna y flora local, cada obra fue una expresión palpable de lo que significa ser parte de esta región del sur de Colombia.
Lo que muchos no saben es que detrás de cada una de estas creaciones hay meses de trabajo, planificación y esfuerzo. Los artesanos de Pasto, junto con sus equipos de colaboradores, inician su labor mucho antes de la llegada del carnaval. Todo comienza con una idea: una inspiración que se plasma en el papel, se transforma en un diseño y luego se materializa en una escultura de gran escala. Este proceso, que involucra a cientos de personas, no es solo una muestra de destreza técnica, sino también una expresión de amor por la tradición y el patrimonio cultural de la región.
El Carnaval de Negros y Blancos no solo es una fiesta, es una celebración de la diversidad cultural de Nariño y de Colombia en general. Durante este día, la ciudad de Pasto se convierte en un punto de encuentro entre turistas nacionales e internacionales, quienes llegan con la esperanza de vivir una experiencia única. Los visitantes, al ver las obras de arte, se llevan consigo una imagen imborrable de la creatividad y el color que caracterizan a esta fiesta. Muchos aseguran que, después de presenciar este evento, no podrían imaginar una mejor manera de conocer la esencia de la ciudad.