Ismael Botina popular maestro Buchón, como digno representante del pueblo “culirroto”, es quien se goza y disfruta de las fiestas de fin de año y carnavales ¡al máximo ¡ como Sociólogo de la Universidad de la Vida, analiza este fenómeno no solo por la belleza de las carrozas, sino por ese comportamiento colectivo, genuino de todo un pueblo que se da el lujo de parar el ritmo del trabajo por más de una semana con tal de gozar.
En toda la zona andina de Nariño y parte del Putumayo, no hay poblado que no goce de lo lindo con sus fiestas. En los municipios y corregimientos, la gente baila, goza, disfruta a sus anchas y el esfuerzo que hacen los artesanos empíricos, es igual al esfuerzo de los grandes maestros de las carrozas en Pasto.
Ver a los niños como juegan pintándose la cara y lanzando espuma como una diversión sin límites. Eso es carnaval; exaltar el esfuerzo de los músicos que salen a ponerle vida a la fiesta, eso es carnaval. Las comparsas y grupos de bailes que organizan los jóvenes, sin recibir ningún reconocimiento económico, eso es carnaval.
Nariño durante una semana se olvida de sus penas y dedica su esfuerzo a gozar. Comenzando por las sátiras que lanza el 31 de diciembre con los años viejos, ese ingenio se lo vive en todos y cada uno de los rincones. Hacer el ridículo disfrazado de viuda alegre, danzando y bailando sobre cualquier calle atiborrada de gente, eso es carnaval. Ver los jóvenes que con el pretexto del juego buscan y seducen sus parejas que más tarde serán sus compañeras de vida… eso es carnaval.
El carnaval es más que carrozas, es el sentir ese entusiasmo de los grupos musicales que le ponen alma a la fiesta. Una minifalda con celulitis, sin temor a la crítica, un destape del sexo oculto de cualquier persona, eso es carnaval.
Agradecimiento a los señores alcaldes, que hacen todo el esfuerzo para que su comunidad goce las fiestas, eso es carnaval.
El juego, la diversión, es la esencia de esta fiesta. En ninguna otra parte del mundo, podrá verse esa algarabía, esa paz con el juego, cuando alguien le pinta la cara con cosmético de múltiples colores, eso es carnaval.
Maestro Buchón sale de casa sin un peso en el bolsillo, sin embargo, regresa en la noche pincho de la rasca porque todo el mundo le brinda un trago, eso es carnaval.
El encontrarse una pareja de una gringa que mide dos metros, bailado con el campesino de alpargatas, sin conocer el idioma solo por el instinto de bailar, eso es carnaval.
Esa alegría colectiva propia de los nariñenses, es algo que los sociólogos lo investigan, porque es singular y único.
Bailar hasta que se le hinchen las patas, endeudado hasta la cachas; esa felicidad contagiosa y colectiva… eso es carnaval y vale más que todas las carrozas juntas…